Garden of Colorful Source

Miathamle escribió:0_0

Hendrix D'Ancre

Hendrix permaneció callado y se dejó llevar como siempre lo hacía. Pero las palabras de Eri lo dejaban confuso, de nuevo se estaba tomando permisos que no le eran concedidos. Lo miró con más calma, ordenando sus ideas. De cierta forma sentía que estaba reviviendo algo. Suspiró profundamente, se había precipitado de nuevo. De pronto sintió un vació en el pecho, era como si de repente su sangre fuera helada, sintió una opresión.

-¿Por el contrato?- habló con un hilo de voz, recordó la maldición de Aixa estaba más que nunca viva, si Khun lo escuchara estaría riendo a carcajadas, burlándose de idiota que era.

Se estremeció al sentir a Eri poniendo su mano en su pecho. Ya no captó del todo el resto de las palabras del chico. Recibió las muestras de afecto, respondió un poco como reflejo. Siempre era lo mismo, siempre. Era su culpa por no salir del circulo vicioso. Por entregarse así, para él era un poco mas complejo la entrega del cuerpo, porque jamás se lo propondría a alguien que no amara o que al menos sintiera algo profundo, sincero, real.  Todos le pedían que dejara todo, ¿Pero cuando alguien dejaría todo por él?Suspiró de nuevo pero ahora estaba un poco más angustiado. Pero supo qué debía hacer, el camino estaba un poco más claro.

-Ya lo descubrirás, cuando sea la persona adecuada- sonrió de nuevo, parecía un poco lejos y cansado, despeino a Eri, volvió a recostarse en sus piernas -Es un buen lugar para descansar- cerró los ojos no debía pensar en eso, debía disfrutar lo que le daban, lo mucho o poco.

Hendrix D'Ancre

- y… tú no eres la persona adecuada?- preguntó Eri con angustia y al igual un tanto confuso, en lo que Hendrix volvía a acomodarse, aun no entendía lo que había sucedido pero si había sentido una oleada en las emociones propias que le hicieron reflejar una mirada preocupada. Esperar la respuesta le inquietaba…

- Y… puedo saber por qué es tan importante Khun, por qué se burlaría de ti?- preguntó y mordió sus labios. De esta manera Hendrix descubría que a partir del sello del contrato, su interior ya no era secreto para Eri. Por alguna razón Eri no mencionó sobre Aixa.

- Te preocupaste por él antes de sellar el contrato conmigo.- lo miro al rostro, un poco apenado.

-Lamento si te pregunto eso - dijo en voz tenue y débil, como si en verdad sintiera que hubiera cometido una imprudencia. Suspiró mientras otra vez la voz de Hendrix sonaba en su interior “Ya lo descubrirás, cuando sea la persona adecuada”.

-tal vez… no debiera preguntarte por él… - estaba inquieto aun. Sentir de repente la repentina desvinculación de Hendrix le hería de otra manera a la esperada, aquello no tenía que ver con el contrato que tenía con él, pero todo lo que pasaba le impedía comprender algo que era importante en ese momento.

- pero… es que…- ya no supo que decir miró a Hendrix un momento, se le mostraba como si quisiera llorar, aquello también podría sentirlo Hendrix en menor medida, algo como un nudo en la garganta.

Miathamle escribió:o_O

Hendrix D'Ancre

Aunque parecía con más miedo que antes, Hendrix negó acurrucado en Eri

-Eso no me corresponde decidirlo. Ers tú el que tiene esa decisión en tus manos. Yo te digo que sí, pero no sé si estás de acuerdo- contestó mirándolo a la cara desde la pocisión en que se encontraba, tranquilo.

Se levantó muy a pesar suyo, ¿Cómo era que él sabía lo que había pensado? Parecía que el muchacho no lo hacía con malas intensiones, pero no podía evitar sentirse invadido. Estaba completamente vulnerable y eso lo ponía intranquilo. Se llevó la mano al pecho, pero se fue tranquilizando, quizá era debido al contrato o quizá él podía hacerlo, no podía asegurarlo.

-No... No te preocupes... al menos así no malinterpretarás mis intenciones- comentó en un suspiro, bajó los ojos para luego retomar una idea que lo acosaba -Es sólo que... tengo miedo. Eres tan inocente como una mujer a la que amé con mi alma, mi cuerpo y mi corazón. Pero no tomé en cuenta algunas cosas, me olvidé de mi... ella amaba la parte de mi, luminosa... pero mis sombras no le agradaron tanto. Me costó levantarme de la pena que me causó su partida- sus ojos estaban tranquilos, se podía leer nostalgia de ese recuerdo, quizá un poco de tristeza -El que tú me hayas dicho que no te importaba todo eso, me reconforta pero me da una gran responsabilidad... mejorar... y... - jugueteaba con sus manos -Me hace vulnerable... y preferiría no sufrir. Aunque sufriendo se puede aprender muchas cosas también. Lo malo es que al haber sufrido pierdes las fuerzas para servirte de ellas y continuar.- apretó los labios, de pronto un nudo en la garganta lo dejó mudo por un corto lapso de tiempo -No quiero que me dejes... no quiero de nuevo el corazón roto...- confesó

Lucía cansado, el confesar aquello no había sido fácil, por eso le daba tantas vueltas. Luego se encogió de hombros como resignado a que todo tenía sus bemoles. Tenía que confiar. Luego retomó la idea de Khun

-Nadie pregunta por él. A veces siento lástima. Pero no siempre...- Eri seguro sabía más que él en ese aspecto de lo que podían o no hacer  -De donde vengo las deidades crearon y se dividieron el mundo. Los ángeles y los demonios no suelen estar en el mismo plano... y la tierra es el punto neutro. Pero en la tierra no pueden usar todo su poder, y cuando se trata de humanos, solo pueden influenciarlos... pueden con una palabra hacer de tus mayores virtudes tus peores pesadillas- comentó mirando al cielo -Y entonces Fan-Tung y Khung-Ming se enamoraron... y ambos pensaban huir para poder estar juntos.  Aprovecharon que los Umt debían enfrentar a un ser que no entendían pero ante el cual quizá no podrían tener oportunidad alguna. Un golem, quien sólo quería la paz… la paz que viene con la nada. No era ni bueno ni malo, sólo era. Los Umt pidieron ayuda a los reinos de luz y oscuridad. Con ellos dos se mantenía el equilibrio en el mundo, pero el pago fue alto, Khun fue sellado en el cuerpo del hermano menor del rey de Relm mientras que Fan Tung anidaba en el corazón del Rey. El equilibrio se mantuvo hasta que Fan Tung tuvo dormir el sueño de los justos, no había nadie que pudiera contender con la oscuridad de Khun y comenzó a corromperse. Los portadores de Fan siempre han los reyes de Relm, tienen los ojos dorados, mostrando con ello su compromiso en el trato. Mientras que los hijos de mi familia están marcados con los ojos rojos, tan rojos como la sangre de los enemigos en batalla. - contaba como si fuera un cuento.

Dejó que el silencio los envolviera de nuevo.

-Es curioso, Fan no necesita pasar por sangre, a diferencia de Khun. Pero si hay algo que puedo decir es que por ejemplo... si mi madre hizo lo que hizo, no fue por culpa de Khun si no de ella misma. Khun sólo habla o se burla, pero jamás nos obliga a algo. Pero siempre ha sido más sencillo echar la culpa a alguien más que aceptar que uno tenía esa oscuridad en el corazón- miró a Eri de nuevo con una sonrisa, aunque sus ojos estaban algo tristes -Perdóname por abrumarte tanto- dijo en tono de disculpa

Hendrix D'Ancre

En cuanto Hendrix le dejó la tarea de decidir, Eri aún sentía el miedo ajeno y propio, por lo que escuchó antes de responder.

- Yo... Yo quiero pensar que encontré esa persona en... en ti. - Su voz era tenue pero no dubitativa, calmar la oleada de sentimientos le tenía in poco mareado. - nunca había decidido besar a nadie cómo ahora, sólo a ti. - Nuevamente sintió dolor que le hizo agachar su cabeza.

- No quiero malinterpretarte. No quiero ser cómo esa mujer...- su mirada se mostraba triste. - No quiero abandonarte por eso accedí a firmar un contrato contigo a pesar de todo lo que siento por ti. - Dijo un poco desesperado y comprendió aquel primer sentimiento que lo instó en su momento a separarse del primer beso robado de Hendrix, así como también fue capaz de dimensionar las consecuencias si Hendrix fallaba.

Debía tranquilizarse, algo que parecía difícil.

- Como te dije, no me perdonaría si te pasara algo por mi…- se mordió su labio. -No pretendo romper tu corazón… - comentó, era sincero. - Cómo te dije… deseo que seas feliz y sin miedo- insistió en aquello que persistía mezclado entre sus emociones.

Suspiró en determinado momento, aun parecía triste, pero trataba de tranquilizarse, de esta forma con respecto a lo de Khun respondió.

- cuando hablas de Fan-Tung y Khung-Ming dijiste que ambos pensaban huir ¿por que tenia que ser así? - preguntó una nota de angustia.

- Y…. y a que se debió que Fan Tung tuvo dormir el sueño de los justos?- preguntó con inocencia, como un niño temeroso que prestó atención a aquel cuento.

- Entonces pareciera que para ti Khun si es algo más….- bajó la mirada dejando ver un poco aquella importancia que él percibía sobre aquel demonio.

-Seria fácil quitarlo del camino… - dijo sin mirar a Hendrix. -Pero incluso la lastima implica un sentimiento de cierto interés… a que si tú mismo le tuvieras completa indiferencia como lo que le parece a los demás.- volvió a suspirar.

- Y porque tu madre tendría que tener relación con Khun?- cuestionó sin entender y asintió aceptando la conclusión del mismo Hendrix hablando sobre la oscuridad en los corazones.

- Los humanos son crueles…- dijo con sinceridad. - Siempre dejan sus obligaciones y responsabilidades a los ángeles y a los demonios… por eso supongo que incluso muchos me han odiado… aun cuando los he intentado ayudar. - pareciera como si se hubiera acordado de algo traumático por lo que se abrazó a sí mismo y negó tratándose de calmar y centrar su atención en la plática.

-Y no me… no me abrumas… - alzó su mirada, volvía a reflejar aquel dolor que muestra cada que habla de las otras personas a las que ha ayudado. Suspiró, aunque parecía aun agitado.

- estoy bien, quiero seguir escuchándote….- pidió vulnerable, como un niño que con sus acciones más que con palabras pedía no ser abandonado. - por favor…- solicitó nuevamente.

Miathamle escribió:<3

Hendrix D'Ancre

En cuanto escuchó al joven, sonrió, lo hizo levantar la cabeza y lo besó. Ya que no necesitaba palabras con él, Hendrix le respondería de otra forma. Lo abrazaba con un poco más de fuerza, sólo la necesaria para tenerlo cerca. Le susurró al oído un gracias, sincero y dulce. Quizá Eri no dejaría todo por él... pero entreveía un poco más de luz. Le sonrió de nuevo.

-No la trates tan mal, sólo me amó como ella podía y eso no incluía salir de su burbuja. Ya pasó y no le guardo rencores- acarició el rostro del muchacho, suspiró profundamente, tenía nostalgia, pero al menos ya no se sentía triste -Lo único que no le perdono es que faltó a su palabra. Juró que sería mi amiga, que estaría ahí cuando la necesitara... y me borró de su vida, como si fuera yo una peste, durante años prefirió ignorarme a hacer algo. Pero, ahora que otros amigos están cerca y la ven, ahora sí es mi amiga y se arrepiente de ser tan mala. Esa actitud me decepcionó y me enoja. Yo la mantengo lejos porque no me nace ser como era antes con ella- Hendrix no podía fingir bien cuando algo le desagradaba -Pero ella vuelve una y otra vez a lo mismo, "Yo te lastimé, yo te abandoné" ¡Basta! ¿Acaso no entiende?- miró a Eri a los ojos y luego se volvió a acurrucar -No le reclamo nada sobre ese aspecto. Para mi es cosa pasada, es ella la que desea que sean las cosas como antes... ¿Cómo podría si mi corazón ya no le pertenece? ¿Por qué debería tratarla como mi amante si ella ya está con alguien más? No, somos aliados, nada más.- dijo terminante, si había algo que no iba a cambiar era la distancia que la misma chica había impuesto entre ellos. No tenía ni ganas ni las fuerzas para hacer un cambio.

Asintió, confiaba en Eri, se dejaría llevar, volvería a intentarlo. Supiró, Khun era una cosa rara de por sí.

-Porque no los dejaban vivir juntos. Al estilo de Romeo y Julieta.- comentó sorprendido por el tono de voz de Eri -Ella debe dormir... hasta donde sabemos... para recuperarse, prestó parte de su poder para lograr enfrentar al Golem, lo mismo hizo Khun... pero a diferencia de Fan, él puede tomar la energía de su portador. Khun obtiene su energía de las emociones, de los deseos de otros. Por ejemplo, mi madre sólo deseaba a Raab, toda la energía que ella desplegaba para tenerlo, era como alimento para Khun.

Asintió, podía considerarlo, pero no siempre tenía que aceptar todo. De pronto la afirmación de Eri lo hizo reír un poco y lo miró como un pillo. Asintió, si el chico tenía que ver con demonios y parecía tener un status alto, podía hacer lo que se le viniera en gana. Lo besó de nuevo.

-¿Estás celoso?- preguntó mientras jugaba con los botones de la camisa del muchacho -Khun pasa al siguiente portador, de padres a hijos. Mi madre era hija única, después pasó a mi y estuvo a nada de pasar a Griever... Pero él y yo hicimos un acuerdo y se quedó conmigo. Ahora mis hijos son los siguientes pero, a diferencia de mi, lo recibirán cuando tengan 15 años y sean más fuertes y maduros.- comentó bastante tranquilo, gracias a Gael, Khun seguiría con él hasta el momento adecuado.

Fue su turno de escuchar a Eri y asintió

-No sólo los Umt, pero creo que somos los que más frecuentemente lo hacemos- concluyó de manera filosófica -¿Estás bien?- lo notaba alterado.

Lo abrazó de nuevo, quería tranquilizarlo y volvió a comerlo a besos, no se cansaba de tenerlo para sí y estar para él. No le gustaba verlo triste, recordó su punto vulnerable, decidió explotarlo. Recorrió algunas otras partes del torso de Eri, buscando más puntos en que él se revolviera de risa, debido a las cosquillas. Forcejeaban un poco hasta que volvió a estar de espaldas en el pasto y tenía a Eri sobre él. Lo abrazó y permitió que escuchara su corazón.

-¿Qué se siente acostarse conmigo?- preguntó sin malas intenciones, sólo deseaba escuchar la respuesta de
Eri a una pregunta que había destruido todo en otra ocasión.

Hendrix D'Ancre

Cada una de las emociones y cambios de humor que Hendrix vivía, Eri las revivía en su interior con la misma intensidad. Lo que incluyendo los besos y las muestras de afecto dejaban al chico contrariado.

- No pretendo tratar mal a nadie- no era algo que se le daba, dijo pero no mencionó nada más al respecto, lo que siguió nuevamente le confundió, a tal grado que Eri no supo responder a las preguntas que Hendrix planteaba sobre aquella mujer… y aun cuando el mismo Hendrix se resolvía aquello, Eri bajó su rostro como si aun estuviese adolorido. Era difícil acomodar todo en sí mismo. Suspiró.

Escuchó en silencio la explicación sobre Khun, en ese momento alzó la mirada a Hendrix, aun parecía haber angustia, mientras trataba de comprender cada una de aquellas palabras.

En el siguiente beso accedió sumiso al grado que incluso cerró los ojos. Escuchó aquella pregunta ¿celos? Abrió los ojos lentamente como si despertara de un sueño, en su mirada había algo que parecía tratar de entender a que se refería Hendrix, pero no dijo más sencillamente escuchó. Pronto comprendió un poco más sobre sus emociones, las cuales eran sobrepuestas en las del mismo Hendrix.

La pregunta sobre si “estaba bien”, no la respondió de momento y con ello se vio envuelto en aquel abrazo, cerró sus ojos y sencillamente se dejó llevar, si Hendrix se percataba Eri estaba débil en aquel momento en que le recostó sobre de él. El joven pelirrojo respiró profundamente al escuchar el corazón de Hendrix, parecía meditativo, para cuando Hendrix volvió a hablar con otra pregunta. Eri volvió a abrir sus ojos y suspiró lentamente antes de responder. Aquella pregunta era difícil de responder en esos momentos.

- Siento inquietud o preocupación…- dijo con suavidad, pero en realidad aquellos no eran sus sentimientos.

-Buscas que te no te dé una respuesta… que otra persona te dio… - dijo. - Yo… aun estoy confundido…- se acurrucó como un niño que necesitara el cuidado de su madre.

-Lamento no poderte responder lo que deseas… pero… es que… - susurró débilmente, no quería preocupar a Hendrix, no quería que le malinterpretara, no quería quedar mal nuevamente. Era un hecho que para Eri seguía siendo todo muy nuevo, como para pensar o imaginar mal, a la vez que era sincero en su actuar ya que con la debilidad que mostraba era difícil que mintiera.

- Aun no entiendo muchas cosas de los humanos- dijo con sencillez mientras cerraba sus ojos, necesitaba aclarar sus sentimientos.

- El rencor es el sentimiento de hostilidad o gran resentimiento hacia una persona a causa de una ofensa o un daño recibidos. Y el resentimiento es un sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufridos y que se manifiesta en palabras o actos hostiles.- dijo como si hubiera tenido que aprender eso desde un contexto escolar.

-No pretendí que me mal entendieras cuando te dije que no quería ser como esa mujer. Sólo no quiero lastimarte… pero si no le tienes rencores, sigues enojado con ella… Si ella es el problema, la que no entiende, porque tú sientes esa emoción por ella?… - preguntó, aun débil. Era claro que en su interior tuvo que entender eso y no lo logró.

-Y no conozco los celos… ni siquiera los he sentido por mi hermano. Mi hermano y yo sencillamente pensamos diferente y actuamos como cada uno pretende que es lo mejor. Los humanos pueden sentir celos mejor… ¿cómo son?- preguntó y abrió los ojos, seguía inquieto, confuso, pero con ánimo de conocer algo nuevo, se incorporó apenas para ver a los ojos a Hendrix.

-Se ve que hay algo en ti que quiere que Khun viva, sino no le dejarías ese peso a tus hijos… ¿qué es eso que te hace quererlo con vida? Si tan fácil que es hacerlo a un lado…- mencionó…

-y disculpa… si no entendí sobre lo de tu mamá… - bajó nuevamente su mirada y se detuvo a ver el pecho de Hendrix. - Si Khun obtiene su energía de las emociones, de los deseos de otros y si tu madre al desear a Raab, toda la energía que ella desplegaba, era como alimento para Khun, por que si madre hizo lo que hizo, no fue por culpa de Khun?- preguntó.

-Y sobre lo que siento nunca cambiará… pero en tu caso… será igual? - preguntó con ansias…

-Pensé que te gustaría que yo te besara… pero reaccionaste distinto a como imaginé. Y ahora que te aclaré mi sentir fue un mar de emociones ¿Por qué? - preguntó con un exhalo, era como un niño de tres años aprendiendo sobre el mundo humano, si lo hacía comprendería más, si comprendía más, dolería menos. Miró a Hendrix esperando la respuesta a sus muchas preguntas.

Miathamle escribió:<3

Hendrix D'Ancre

Sentía de pronto más débil a Eri, pero no llegaba a entender la razón, por eso se mantuvo con él en la misma forma, tratando de no incomodarlo. Miraba el cielo con tranquilidad, era una respuesta diferente, eso era lo que le bastaba, cerró los ojos y negó.

-No hay una respuesta correcta ni una que precisamente yo esperara. Sólo deseaba escuchar una respuesta acorde a ti.- protegía con sus brazos al muchacho, abrió los ojos y miró a Eri quien explicaba sobre su poco entendimiento sobre los humanos, le acarició el rostro -Hay cosas que ni nosotros entendemos...- comentó filosóficamente, siguió el razonamiento de Eri pero no se negó o afirmó nada, era como escuchar la definición del diccionario -aja... muy fácil, porque significó mucho para mi. Tenía grandes esperanzas depositadas en ella.- contestó sin problema alguno -Hago esa diferenciación porque no me duele que se haya ido, a fin de cuentas ahora es feliz y eso compensa muchas cosas. Lo que me duele es que me hiciera a un lado si se suponía era mi amiga- se rió más tranquilo y recordó lo que le había prometido a Gael y hasta el momento había tenido resultados adversos -Puede ser contradictorio pero eso es lo que yo siento

Se encogió de hombros como restandole importancia, parpadeó unos segundos ¿Jamás había sentido celos? Gael ya podría conocer a alguien similar en ese sentido.

-Son horribles. Sientes que algo te come por dentro- miraba con cariño al niño entre sus brazos, luego levantó la ceja -Todos tenemos derecho a vivir, seamos lo que seamos... entiendo eso de un amor que es de lejos, el dolor de no poder estar con el ser amado.- respondió recordando esas situaciones que él también había pasado -Porque cada quien toma sus decisiones.- se encogió nuevamente de hombros, para él era clara la diferencia -Mi madre pudo elegir a alguien más, encontrar a alguien que la amara como ella quería. Pero decidió aferrarse a a amar a Raab, quien ya tenía su corazón comprometido. Khun lo único que hace es hablar pero no tiene poder sobre lo que nosotros hacemos, nos presta el poder y ya- suspiró un poco, bien sabía que podía ser persuasivo -En mi caso, muchas veces me susurró que tomará a mi anterior pareja, me dijo cosas que yo deseaba pero que jamás haría. En mi vida hubiera violentado a Brid. Esa fue mi decisión sin importar lo que Khun dijera o que tanto se burlara.

Hubo una pequeña oleada de ansiedad, la pregunta de Eri lo desubicó, "siempre te amaré" eran palabras que había escuchado muchas veces... hasta él lo había dicho. Trató de pensar.

-No sabrái decirte- contestó con sinceridad -Para siempre se me hace mucho tiempo. Para un Umt eso de siempre es una inmensidad, al menos yo no alcanzo a comprenderlo. Pero lo que sí puedo decirte con seguridad es que mi pasado ya no puede ser cambiado, mi futuro aún es incierto. Lo único que tengo es mi presente... en el aquí y en el ahora puedo decirte que tengo sentimientos profundos por ti. Te quiero.- no iba a ocultarle su sentir, quería ser lo más transparente posible -Me gusta que me beses. Me gusta que me mimes, me gusta tenerte entre mis brazos. Yo soy un mar de emociones, hay cosas que no entiendo, voy y vengo. Siempre he sido así... la verdad jamás me había puesto a anilazarlo a detalle - contestó con paciencia, pensando en las veces que se había exasperado y luego tranquilizado.

Hendrix D'Ancre

Escuchó a Hendrix  con toda la atención que podía. Muchas cosas que le decía le dejaban pensando, pero debido a su reciente debilidad esperó nuevamente a que éste terminara de hablar para responder, en el paso suspiró con profundidad y volvió a recostarse en el lugar que Hendrix dispuso.

Hubo un momento en que incluso Hendrix pudo pensar que Eri dormía, pero en determinado momento con un suspiró Eri abrió los ojos, pero aun se le sentía cansado.

-Es cierto lo que dices, muchas personas viven en contradicción y es porque ni siquiera son capaces de identificar sus sentimientos y nombrarlos como tal…- dijo en un suave tono de voz.

La aparentemente tranquilidad que ahora Hendrix dejaba ver, permitía descansar a Eri.

- El dolor puede ser confundido con el miedo, el miedo con la ira, y así sucesivamente… finalmente hablamos de un sentimiento y resulta ser contrario a lo que muchos piensan. Empieza la confusión, se pierde la confianza en lo que siente la gente y se aíslan… y a la vez buscan quien los comprenda- comentó, parecía que aquello lo había vivido de manera consecuente en muchas personas a las que había conocido.

-no puedo entender los celos, como no puedo entender a los que dudan y sólo esperan - hizo una pausa y se acomodó. -dices que es algo que te come por dentro y existen otras emociones que también hacen eso…  o me equivocó?- preguntó nuevamente confundido.

- Y el Gael que pensaste… es aquel de que me habías contado en un inicio?- preguntó. Había muchas cosas que desconocía de Hendrix y quería conocerlas.

- Por otra parte, tu madre se equivocó en desear a una persona equivocada… pero aun así eso permitió a Khun vivir, si hubiera amado a otra persona, hubiera ayudado igual a Khun?  - preguntó, pocas veces un demonio como Khun solo vivía para hablar y no hacer o intervenir en el otro. Incluso en el mismo Eri, pese a su aparente pasividad y docilidad podía mover muchos sentimientos en los humanos con los que dialogaba. Si se veía bajo esa perspectiva Khun no tenía otra tarea más que sobrevivir…

-Y esa mujer que deseabas? No existe un pecado entre los hombres que se llama “omisión”. El no hacer lo que deseabas, ayudaba Khun, o no? Si no lo ayudabas, no lo estabas afectando? No iba en contra de su derecho a vivir?- preguntó.

- Los humanos siempre evitan hacer lo que quieren. Debió ser doloroso no hacer lo que querías en realidad con esa chica- comentó. - Por qué no le dijiste que la deseabas?- preguntó, finalmente Eri nunca pretendía dar doble cara y eso implicaba decir las cosas como son, tal como se había visto en algunos momentos en la plática.

- Y mis sentimientos hacia ti no cambiaran, aun cuando sólo me quieras, aun cuando puedas odiarme... Aunque no quisiera que tus sentimientos cambiaran como lo que muchos pasan cuando no cumplen con su esperanza y pierden el contrato conmigo… no quisiera que me odiaras- indicó y nuevamente temeroso cerró los ojos, dócil y vulnerable a las acciones de Hendrix.

Miathamle escribió:xDDDD]

Hendrix D'Ancre

Hendrix permitía a Eri estar como mejor se acomodara, esa calma a veces le desconcertaba, parecía dormir pero en realidad no era sueño, parecía recuperar fuerzas o algo así.

-O porque son más sensibles y pueden experimentar muchos sentimientos. No como las hadas, son tan pequeñas que sólo pueden sentir una emoción a la vez- comentó pensando en los cuentos que le relataba a sus hijos, se sonrió y asintió a lo dicho por Eri -Y he ahí la naturaleza de los Umt- dijo mirando el cabello de fuego ¿Dónde estaría el señor Alador? Volvió su atención a Eri

Parpadeó un par de veces

-Supongo que no los entiendes porque no lo has sentido. Sí, hay muchos otros sentimientos que te carcomen... la envidia es una de ellas. Puedo tratar de explicarte con miles de palabras pero quizá nunca lo entenderás. Para entender los celos debes entender el deseo y para entender el deseo debes abandonar la pureza...- comentó algo filosófico, recordando lo que el rubio le explicaba... a él, el más celoso de los celosos, pero ladeó la cabeza al escuchar eso de "el Gael", suspiró -¿Qué de todo lo que te he contado? Gael es una persona muy importante para mi- miraba directo a los ojos al chico, no captaba la idea del chico con esa pregunta pero tampoco le ocultaría nada, tal y como lo había hecho con Bridget.

Siguió el tren del discurso de Eri

-Supongo que sí, porque todo ese amor y energías, serían dirigidas a alguien que estaba dispuesto a hacer lo mismo. Pero no lo sé, si ella no hubiera amado a Raab, yo no hubiera nacido y si yo no naciera, jamás te hubiera conocido... Ya no importa- se encogió de hombros, no le veía caso a las suposiciones. Carraspeó un poco antes de contestar al pelirrojo -¿Y por qué sería un pecado? Pecado sería si en vez de "omisión" yo hubiera pasado a la "acción"- preguntó a su vez -¿Tu crees? No fue doloroso, sólo era esperar a que ella estuviera lista. La amaba y estaba dispuesto a esperar el tiempo que fuera necesario. Y no me arrepiento- miró con calma a Eri -Se lo dije... ella lo sabía, pero llegamos al acuerdo que esperaríamos a que ella estuviera lista. Son cosas que no se hacen sin el consentimiento del otro.- contestó sin tapujos

Eri respondía con otra afirmación, dejando un tanto perplejo a Hendrix ¿Lo habían lastimado antes?

-¿Odiarte? ¿Otros? ¿Por qué te odiaría? Quiero pensar que ellos tomaron decisiones que los llevo a perder el contrato, pero no fue porque los obligaras ¿O sí?- lo abrazó tratando de reconfortarlo -No podría...- contestó tratando de imaginar porque odiaría a Eri al tomar él mismo sus decisiones y no dejándoselas al pelirrojo

Hendrix D'Ancre

Eri escuchaba en silencio las explicaciones de Hendrix, en determinado momento abrió los ojos y le miró con aquellos ojos color rubí, que reflejaba en ellos bastante inocencia.

- abandonar la pureza? - preguntó en su momento cuando Hendrix lo dijo. -Tendría que aprender a sentir los celos o la envidia entonces… - bajó su mirada pensativo, algo difícil ya que eso ya se incluía en los pecados que su hermano podría explicarle.

Asintió lentamente.

- Me dijiste que Gael te salvó la primera vez y que tiempo después Gael regresó a tu vida y poco a poco te ayudó a sanar, lo que te ayudó a valorarte…- explicó lo que en palabras de Hendrix dijo sobre el mismo Gael.

-Si Gael es tan importante… ¿por qué no te quedas sólo con él? - volvió a preguntar tan inocente como solía ser. - Ha hecho muchas cosas por ti… - concluyó y bajó la mirada nuevamente.

- Hablé de la omisión porque no hacer algo que tu quieres, genera dolor… es una forma de lastimarse pasivamente. El lastimarse, como atentar contra la vida implica pecado… a menos que en realidad lo que deseabas era otra cosa… no lastimarla. Tu deseo a desearla cambia a no lastimarla y eso ya implica otro aspecto que alivia el dolor de no hacer lo que quieres… es complicado. Sería más fácil si todos los humanos hicieran lo que quieren, serian felices…. pero siempre eligen el camino más difícil- concluyó en lo que él había vivido, volvió a suspirar, aun había cierto dolor en eso.

- Muchos me han lastimado, me han odiado… - dijo. - La ira hace que no piensen si los ayudé o no… - nuevamente su mirada mostró tristeza y en el mismo Hendrix podía sentir dentro de sí una sensación de abandono y decepción, como si eso pudiera trasmitírselo el mismo Eri.

-No se puede firmar un contrato obligando a alguien. - aclaró el punto en que Eri no podía obligar a alguien que hubiera tenido un lazó con él.

- El problema es que pocos… toman importancia del último elemento de la esperanza y justo en el camino arduo que deben tomar o cuando están por alcanzarlo tras tanto esfuerzo, se desesperan y desechan todo lo que han logrado. - suspiró en una especie de sollozó.

-Nunca más he vuelto a saber de ellos… y lo que viven al final, el sufrimiento y el dolor se queda en mi… - ahora Hendrix podía entender por qué Eri era tan sensible al rechazo y vulnerable a la opinión de otro, y del porque parecía siempre sufrir.

Aun estaba débil cuando se incorporó un poco, trató de sonreír pero aun era doloroso.

-gracias por permitirme descansar un momento - dijo un poco apenado. De algún momento aquel momento le había ayudado un poco a Eri, el contrato que había firmado le había desgastado, pero no era eso lo que en realidad estaba afectándole y aunque ahora lo entendía un poco más, no quería preocupar a Hendrix. - y lamento si te preocupé en algún momento- añadió un poco sonrojado.

-En compensación quieres que ahora yo haga algo para ti, haré hasta donde esté en mis posibilidades - agregó en voz tenue.

Miathamle escribió:xDDD

Hendrix D'Ancre

Hendrix le sonrió a Eri, sus ojos se parecían mucho... casi como sus hijos.

-Al menos eso es lo que pienso, a veces las palabras no alcanzan para describir los sentimientos.- comentó, Eri quizá tendría otras formas de aprender las cosas y entenderlas.

Eri hablaba del rubio, se rió un poco y una sonrisa diferente se formó en su rostro.

-Sí, ha hecho mucho por mí... ¿Pero porque piensas eso?- lo miró curioso, como no entendiendo el punto que Eri mencionaba -Si yo llegara con él y le dijera que tú eres mi felicidad, Gael nos felicitaría, estaría muy contento, ya exagerando hasta podría proponernos un trío- dijo con riendo abiertamente, seguro el rubio saldría con alguna extravagancia como acostumbraba -Sí, Gael es muy importante, el idiota del señor Alador... bueno el punto es que hay muchas personas especiales en mi vida y por todas ellas estoy dispuesto a dar todo. Pero no todas las personas que me son importantes saben de su responsabilidad: ser feliz a mi lado hasta que decidan dejarme.- en verdad estaba agradecido con los dos Aleri sabía bien como eran las cosas con ambos -Nuestra relación, es una que pocos podrían tener, él no me pide explicaciones y yo no lo enjaulo. Disfrutamos del aquí y del ahora y, al menos en nuestra relación, no nos preocupamos por el futuro y sus miles de posibilidades.- le dio un golpecito en la nariz como se hace con los niños pequeños.

Levantó sorprendido las cejas al escuchar lo de la omisión, se encogió de hombros, se sentía un poco simple, como el pastor que está ante el letrado. No entendía porque había de buscarle 3 pies al gato ¿No se suponía que los derechos de uno terminan donde empiezan el del otro? Lo despeinó un poco.

-No. No creo que todos serían felices- se acarició la barbilla un poco dubitativo -Pongamos como ejemplo lo que yo quería hacer. Tomarla. Si yo la hubiera tomado me hubiera sentido peor, porque sería un ser despreciable. Ella no deseaba entregarse a mi, la hubiera tenido que violentar. Yo estaría haciendo lo que quería pero eso no me haría feliz ni a mi ni a ella. Pongamos otro ejemplo. Una pareja de enamorados, separados por la distancia o por lo que quieras, serian felices si estuvieran juntos ¿No? Pero supongamos que uno de ellos tiene a alguien muy querido que le ama pero no ha dicho nada por que sabe que el amor no es correspondido. La pareja es feliz y hace lo que quiere pero hay alguien que sufre. Yo no veo que todos serían felices- se encogió de hombros -Pero así es la vida... y hay que disfrutarla con lo bueno y lo malo.

Escuchó lo que Eri le contaba, parecía que no era el único al que le daban esperanzas y luego le cortaban las alas. Sentía ese agujero que hacía mucho no lo invadía. Asintió, era difícil mantenerse focalizado en la meta. Lo abrazó un poco más fuerte, com recordándole que él estaba ahí. Le ofreció una compensación, le dio un beso.

-Sólo disfrutame de la manera que quieras- le contestó pícaro mientras lo abrazaba -Porque te confieso, no sabría que pedirte.- le mordió la oreja

Hendrix D'Ancre

- Lograr describir los sentimientos es más importante de lo que muchos creen- respondió Eri al primer comentario de Hendrix.

- Un trío? No un trió es perverso?- preguntó antes incluso de responder sobre porqué pensaba eso de Gael.

-mi hermano Owen me dijo que siempre quiso encontrar a la persona especial y ahora que la encontró no piensa en nadie más. Siempre pensé que eso era tranquilizador. Esa persona le ha ayudado mucho y por eso me sorprende que siendo que Gael te ha ayudado, no exista algo más, como lo que le pasa a mi hermano Owen. Pero veo por lo que me dices que tienen su forma de actuar… aunque sigo sin entender mucho por qué Gael y tu pueden hacer eso, ¿tan fácil?…- le miró con sinceridad, no había juicio negativo ni positivo, era como un niño preguntando por que existían las aventuras amorosas. Que por cierto Eri tampoco parecía conocer que era un trío salvo lo que sabia por las frases populares de Owen.

Luego hablando de los deseos y de lo que los humanos quieren, Eri añadió.

- Sin pensarlo, tú mismo te acabas de responder. Siento que una persona se complica pensando en que no puede hacer lo que quiere… pero si se puede- sonrió levemente.

-Sí tú querías tomarla a esa chica, lo hubieras hecho- hizo una pausa.- Pero tú no querías lastimarla… y así lo hiciste. Al final hiciste lo que querías.-

Hizo pausa sobre el otro ejemplo.

-Esa pareja que me cuentas está haciendo lo que quiere y aparentemente es feliz; pero si uno está sufriendo, pero en realidad no está haciendo lo que quiere por eso sufre. Su felicidad con esa pareja parece falsa… o tal vez solo es una ilusión de felicidad.- indicó con tranquilidad.

- Cuando implica otra persona es difícil definir lo que uno quiere. Pero es más sencillo de lo que parece. Por ejemplo un hombre me dijo: “Yo quiero conocer a muchas mujeres”, yo le dije, conoce a muchas mujeres. El me dijo, pero no quiero lastimar a mi esposa… y le dije, entonces, si es lo que en verdad quieres, no lastimes a tu esposa.- comentó recordando un ejemplo.

-Un deseo se sobrepone a otro deseo, el de mayor importancia es el que decides por voluntad propia. Posiblemente el hombre conoció otras mujeres antes, pero era infeliz y se sentía culpable después de estar con ellas; no era feliz y entonces en realidad no hacia lo que quería hacer. - parecía ser muy sencillo para Eri, que él mismo vivía una situación donde decidía hacer lo que quería o eso parecía aparentemente hasta que añadió:

-Yo antes no quería ver sufrir a las personas y me alejaba de mi trabajo. Pero por hacerlo avergonzaba a la familia y me sentía muy poco feliz. Ahora no quiero causarles problemas, ni quiero preocuparles con mi deseo de alejarme de todo…- se sonrojó un poco. - Y aun cuando la naturaleza de los hombres los lleva finalmente a la perdición del pecado y con eso veo como sufren, he aprendido que también hay quienes con mi ayuda son felices, y aunque aun duele… me siento más tranquilo ahora más que antes.- sonrió débilmente, finalmente su carga no dejaba de ser pesada, ya que al parecer el destino aparentemente había sido bastante cruel en dotarle de aquella tarea.

-Si mi padre supiera que estoy contigo posiblemente se enojaría; no quisiera que se enoje más, pero quiero estar ahorita contigo y con eso pretendo afrontar las consecuencias, por eso estoy tranquilo- dijo con emoción contenida.

En aquel momento Hendrix le abrazó con fuerza y le dio un pequeño beso que lo sonrojó aun más.

- Y yo disfruto de esta charla… no quisiera que se acabara- dijo inocente en aquel abrazo que correspondió.

Cuando Hendrix le confesó aquello último le mordió su oreja y Eri se separó un poco.

- Tu aliento… hace cosquillas- dijo con otra sonrisa tímida. Aunque pensó en aquella ultima frase de Hendrix, agregó.

- Hendrix… tu… me deseas?- preguntó, debido a que habían hablado del deseo y de lo que la gente quería, le abrió esa curiosidad que cualquier podría pensar mal, algo que posiblemente Eri apenas y comprendía en la extensión de la frase.

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Hendrix D'Ancre

Hendrix concedió, aunque no podía entender como englobar o describir algo que no conoces, algo que no has sentido y aún así te faltarían palabras para describirlo a cabalidad. La sieguiente respuesta de Eri lo hizo reír a carcajadas.

--Al menos para mí no lo es. No sé tú- comentó bastante tranquilo, no le parecía perverso siempre que todas las partes involucradas lo quisieran, luego escuchó lo que Eri debía agregar al respecto y espero unos instantes antes de contestar -¿Qué ese algo más que debería existir entre Gael y yo? - preguntó curioso y luego suspiró -¿Fácil? Ja! Ojalá hubiera sido fácil llegar a la relación que tenemos- había muchos gritos y sombrerazos antes de que pudieran ser tan abiertos

EL había sido muy posesivo en su inicio con Gael, había sido un torbellino que había arrastrado a Gael, justo era decir que tampoco hubo mucha resistencia por parte del rubio. Casi se habían matado y por ahí rondaba un pelirrojo Aleri que podría cambiar todas las cosas... siempre que se le diera la gana.

Ladeó la cabeza, no iba a pelear en ese asunto, no estaba convencido sobre que hiciera lo que quisiera. A fin de cuentas el libre albedrío estaba limitado por otro tipo de cuestiones. No era simplemente cambiar e objetivo, la idea era clara, no hacían loq ue deseaban siempre. O quizá la gente tendía a conflictuarse por cosas que no debían. Él no era nadie para calificar a nadie y tampoco pretendía que Eri cambiara su opinión. Sin embargo estaba atento a las reacciones del joven.

-¿Entonces te hace feliz no hacer lo que quieres? ¿Es más importante la felicidad de otros que la tuya?- lo miraba muy serio, esperando con ansias su respuesta, aunque lo que siguió lo distrajo -Entonces es mayor tu deseo de estar conmigo que tener contento a tu padre?- preguntó tomándolo de la mano

Se le subieron los colores al rostro después de la pregunta, era posible contestarla en muchos niveles, le sonrió con dulzura

-Sí- contestó sinceramente pues con el sí daba la posibilidad de ser entendido a diferenes niveles

Hendrix D'Ancre

 


- No… no sé… pero preferiría estar solo con ese a quien quiero mucho…- dijo con voz tenue ante la idea de un trió, realmente no era capaz de concebir aquello en su mente.

- y disculpa si mal entendí lo que hay entre Gael y tu… no lo entiendo mucho, aun- sonrió apenado, ya que no quería causar incomodidad. - Una vez me dijo una persona que no existe persona que no sienta algo especial por alguien con quien sale, aunque solo salgan… mucho más cuando se cuidan y se protegen. Es amor… dijo- recordó aquello y se sonrojó un poco.

Miró a Hendrix en determinado momento pero en silencio.

-Sí una persona luego da todo para que su familia salga adelante y si una persona da todo en su vida para que un pueblo sea feliz, porque yo intentarlo? - preguntó ante aquello que se estaba abriendo a conocer. - Si logro que otros sean sinceramente felices y sin miedo… sé que por dentro conoceré mejor la felicidad- parecía que era algo que ansiaba demasiado. Y luego se rió un poco ante la siguiente pregunta en lo que vio como le tomaban la mano.

-Si lo pones así… parece que he vuelto a traicionar a mi padre - dijo inquieto. - Pe… pero… es que en verdad… no me importa que me digan que estoy mal en esto…- hiso una pausa un tanto agitada. - lo que siento… por ti es especial… aunque a… a él no le guste…no me importa si la realidad es otra, esto..- dijo con voz bastante tenue, temeroso ya que aun estaba la inquietud de que su padre pudiera volver a aparecer. Mordió sus labios.

-es como… algo que en verdad quería que sucediera… y aunque tuviera mucho miedo por todo lo que he pasado y he visto… ahora no me arrepiento - miró a los ojos a Hendrix y tomó un poco de saliva. Se le veía bastante vulnerable expresando sus sentimientos.

-Sí, si me deseas… te gustaría tomarme?… como a esa chica, Bridget? - en verdad no era muy consciente de lo que decía, por lo que corrigió. - Es decir… yo quisiera… saber si… no, no me gustaría que… Khun se burlara de ti…- parecía demasiado confuso para expresar lo que quería decir en verdad, pero eso a la vez eso le hacía lucir bastante tierno. Miró a Hendrix.

-Lo… lo siento - pidió, estaba agitado pero no se retiraba, se mantenía cerca de Hendrix, le sonrió tímidamente y bajó la mirada.

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Hendrix D'Ancre

Hendrix asintió

-Es una buena elección- le dijo con una sonrisa, él tampoco había hecho alguno aunque en algún momento de su vida lo había considerdo y luego desechado porque era suicidio... ese par lo mataría por sólo pensarlo, le sonrió a Eri -Entre él y yo siempre habrá amor. De eso no me queda duda, pero si en su camino o en el mio aparece alguien más que puede hacernos amarle...- miró significativamente a Eri -Ambos seguiremos siendo felices, quizá nuestra relación cambie pero no el amor ni la confianza que nos profesamos.- contestó tranquilamente.

Respiró hondo y suspiró, Eri había dado al clavo en la respuesta, él estaba justo en la situación que Eri relataba, hasta Vinkun. Al menos se enteraba que alguien tenía la misma loca idea. Se sintió entre aliviado y preocupado por lo que el muchacho decía sobre su padre. Tenía ahora una gran responsabilidad, dado que el muchacho estaba brincándose algunas cosas por estar a su lado... quizá... sólo quizá... Aixa estaba equivocada. El que Eri mordiera sus labios le atraía pero se daba cuenta que era una muestra de cierta inquietud.

-Gracias-le susurró, mirándolo directamente a los ojos, lo había enganchado a él

Se quedó de piedra y su corazón dio un vuelco al escuchar la pregunta del pelirrojo. Lo miró sorprendido y no supo que contestar de momento.

-Que importa Khun!- articuló torpemente, en ese justo instante todo pasaba a segundo plano, seguía teniendo al joven tan cerca que no sabía que hacer, aquella timidez lo atontaba pero lo que más le preocupaba era que estuviera entendiendo mal lo que Eri decía. El chico era tierno e ingenuo en ciertas cosas. Con voz temblorosa preguntó -¿Tú quieres ser mío? ¿Tú quieres... que yo....? - seguía algo sonrojado.

Acercó un poco más el cuerpo de Eri al suyo y lo besó en los labios, con suavidad, con calma, como si tuviera entre sus manos algo frágil. Cerró los ojos y de los labios pasó al cuello, dulcemente, como si tuvieran todo el tiempo del mundo, soló sus manos por dentro del saquito de Eri y le acariciaba la espalda del chico. Se detuvo en sus besos y miró a los ojos a Eri.

-Seguiré sí y sólo sí tú lo deseas-susurró al oído del muchacho -Porque para mi no es sólo tener sexo... es hacer el amor... y si yo me entrego a ti, es porque siento algo por ti. Porque hacer el amor para mí implica mi cuerpo, mis sentidos, mi corazón... si no lo deseas, prefiero saberlo y no ilusionarme de nuevo por algo que no va a ser. ¿Entendido? - preguntó al joven y lo miró muy seriamente a los ojos.

Hendrix D'Ancre

Eri escuchó sobre la relación entre Hendrix y Gael, pero seguía confuso.

- Cuando lo dices, suena muy fácil… es como si un leve hilo los atara a ambos, invisible y oculto para los otros…- sabia que el amor y la confianza podía generar eso. -pero parece como si hubiera algo más… disculpa si no entiendo mucho su relación. - dijo finalmente apenado ya que en verdad no quería mal interpretar.

Después, cuando Hendrix le agradeció, aun Eri se mantenía inquieto y negó.

- No… no tienes por qué agradecer…- indicó temeroso y sonrió. La respuesta sobre Khun le sobresaltó un poco. Escuchó aquellas siguientes preguntas y asintió inquieto, si bien más a la primera, ya que la segunda había quedado inconclusa.

-Si… me gustaría ser tuyo - miró a Hendrix apenado y en ese momento sintió nuevamente aquel calor que le embriagaba mientras sentía contra sus propios labios el beso de Hendrix. Exhaló debido a que había contenido la respiración y tras ello comenzó a responder aun con besos lentos, bastante tiernos y un poco inexpertos, sin poderlo evitar también cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación.

Sintió un leve cosquilleo pero no abrió los ojos, intentó hacer algo similar, aunque de manera torpe, ya que nunca lo había hecho. De repente otro cosquilleo le hizo emitir un leve quejido que excitaría a cualquiera, el sentir la mano de Hendrix en su espalda desnuda lo había tomado por completo por sorpresa.

De repente en ese mar de nuevas sensaciones escuchó la voz de Hendrix. En un inicio asintió inconsciente, pero las palabras siguieron. Eri miró a Hendrix, como si estuviese adormilado, en un sueño, parpadeó un par de veces tratando de entender y asintió. Al menos el conocía un tipo de entrega del alma, el que su padre mismo le había enseñado, ahora que escuchaba a Hendrix, comprendió un poco que no implicaba eso, pero si entendió que si éste se entregaba, implicarían otros compromisos.

- Lo entiendo…- sonrió. Al menos a su ver ya eso lo habían hablado durante la plática. - por eso esperaré hasta que puedas “entregarte” completamente- dijo usando aquella palabra de Hendrix. Se mantenía inquieto.

-No, no deseo que por mí, o por una mala decisión, antes de tiempo tengas que dejar todo… No deseo perderte, y confió que lucharemos para que así sea - Lo que él había entendido con la entrega implicaba algo más que solo acostarse, hacer el amor o tener el sexo, su concepto era más bien romántico e inocente, casi como el de una novia esperando al día de la boda. No podía pedirse más de alguien tan inocente y un tanto soncito como lo era Eri.

- Y… y me gustó lo que acabas de hacer…- comentó sincero y a la vez apenado, bajó su mirada.

-Hendrix… yo… yo soy especial… para ti? - preguntó inquieto, como si necesitara de esa respuesta.

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Hendrix D'Ancre

Hendrix se mantuvo serio, Eri era la segunda persona que mencionaba lo del hilo. Recordó la leyenda que decía que la gente destinada a encontrarse tenía un hilo rojo anudado a su dedo meñique, el hilo podía tensarse, relajarse incluso perderse de vista pero jamás podría ser roto o cortado. Quizá fuera cierto y él andaba ciego del hilo, no se había puesto a pensar que tal vez su destino en verdad era Gael. Sin importarle lo que había hecho, el rubio una y otra vez le había ayudado a salir de sus depresiones o problemas. Le tendía la mano en los momentos de necesidad y lo perdonaba cuando lo llegaba a herir. Sobretodo había perdonado aquel intento de chantaje barato... cuando Codaris había aparecido.

-Ojalá hubiera sido fácil... casi me costó la vida una vez...- dijo con cierta melancolía y miró una tenue herida que estaba en su muñeca, recordó lo que Alador le había dicho y hecho -¿Algo más? Bueno, es el padre de uno de mis hijos... no sé si a eso te refieras. Vive en mi casa y duerme conmigo, es consejero de Etaver, maestro de Chibi, cuida de Willikin y de Lankin... y es el enemigo número uno para Raab y e Irvine. Ahora que lo pienso es quien más ha convivido con mi familia- le respondió con total sinceridad, pensaba ahora en lo que había puntualizado Eri sobre su destino con Gael.

De pronto Eri era como un gatito inquieto, que cualquier cosa le llamaba la atención, era muy simpático verlo así. Su tren de pensamientos se había ido por otro lado cuando Eri contestó a su requerimiento con besos y caricias que no se sentían tan torpes. Hendrix sabía lo complicado que era ser inexperto en brazos de alguien que parece ser más entendido en ciertas cuestiones. Él mismo había estado en una situación así aquella primer noche con Gael.

Hendrix tenía el doble de cuidado, ya que temía lastimarlo o hacer algo que no le gustara. Tembló un poco, el chico estaba dejándose llevar. Se detuvo al escuchar eso de "Entregarse completamente", le llamó la atención, eso de dejar todo no lo alcanzaba a dimensionar aún y mucho menos que hubiera tiempo de sobra. Estaba algo eufórico debido a lo que estaban haciendo pero eso aún no le quitaba completamente la capacidad de razonar.

-Si no lo fueras, no estaría contigo...- contestó de forma sincera entre besos, él también se estaba olvidando de todo y se dejaba guiar a donde el mucho deseara.

Hendrix D'Ancre

- Gael juega un papel muy importante, lo amas y se ve cuando hablas de él. Pero si existe ese amor, ¿por qué parece buscas amar a otra persona o a otro ser? ¿Por qué los dos parece que buscan eso? ¿El amor entre ustedes dos no los colma? O hay algo más que les impide estar juntos…- preguntó, un tanto confuso, un tanto angustiado.

-No creo que sea incorrecto que sea padre de uno de tus hijos - comentó ya que parecía serle normal que dos hombres pudieran tener uno, siempre que la justificación fuese verdaderamente valida.


-Que viva y que duerma contigo, es lindo, si se aman. Es lo que pienso… además parece que juega un papel importe con varios que tu conoces… - hizo una pausa pensando.

-Será que entonces Raab y e Irvine les impiden ser felices? Deseas que los elimine?- Preguntó manteniendo aquella inocencia que lo caracterizara, algo que no pareciera congruente, pero lo era siendo Eri el hijo de Lucifer.

- yo…- dijo apenas y aquello se perdió entre las muestras de afecto de Hendrix, aun cuando lo intentaba, no sabía guiar a nadie aun cuando su cuerpo se sintiera excitado.

En su momento, cuando Hendrix pudo confirmarle que era especial. Eri se sonrojo y se le vio más vulnerable, sonrió tímido pero feliz y con su mano izquierda rozo en una caricia la mejilla de Hendrix.

-gracias! - dijo dichoso, ya que quería saber que era especial para alguien, y que a la vez se lo dejaran ver con claridad. - Yo…- continuó. -Quiero que seas feliz… - rodeó sus brazos en el cuello de Hendrix y respondió en un beso, tierno e incluso un tanto tímido. Inexperto y torpe hacia lo que le gustaba de lo que llevaban en aquella “relación”, parecía quinceañera con su primer amor.

Si se daba otra cosa, unicamente quedaria en manos del mismo Hendrix.

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Hendrix D'Ancre

Hendrix se detuvo un poco y ladeo la cabeza antes de contestar.

-Bueno, la concepción de amor varía no sólo de persona a persona, también entre Umt y Aleri. - le comentó con calma -Amo a Gael, lo acaparo cuanto me es posible pero él tiene otros asuntos que resolver, no puedo esperar tenerlo enjaulado siempre. Él es un mago maestro, cuida otra ciudad -que no queda ni remotamente cerca de Otranto-, me ayuda con los niños y encima me dedica lo más  que puede de su tiempo libre. ¿Que más  le pediría?- se sonrió como un pillo, porque a pesar de sus intentos por no ser posesivo y celoso siempre había un poco de eso -Que sea sólo mío... pero eso no es posible- no parecía triste aunque melancólico sí, se notaba que había costumbres muy enraizadas -¿Por qué? Porque él  es como el aire, lo necesitas para vivir pero no lo puedes retener por siempre. Ha de salir de ti para volver a entrar.

Hendrix se rió de lo lindo, era claro que a él no le preocupaba la situación de que Gael fuera el padre de Faolan. Suspiró, debía ir a ver a su polluelo, seguro ya estaría más grande, quería acariciar aquellos cabellos dorados y también abrazar a sus otros niños. Que no eran ya tan niños y se le complicaba aceptar esa situación pero poco a poco iba resignándose, salvo en lo que respectaba a Etaver, ahí era un padre celoso de su nenita. Perdió ese hilo cuando le preguntaba de su padre y su medio hermano, levantó las cejas alegremente y siguió riendo.

-¿Ellos? Ja! Lo intentaron, pero no lo lograron. ¿Eliminarlos?... Mmmm... He pensado a veces que ojalá no hubieran existido... pero realmente no pediría la muerte o eliminación de mi mis familiares, por más patanes e idiotas que sean. A uno le debo la vida y el otro es mi hermano a fin de cuentas.- comentó encogiéndose de hombros, no sentía gran apego a su padre y de Irvine prefería mantenerlo lejos, había cosas que prefería no mover.

Notó las reacciones de Eri a sus caricias, el sonrojo del muchacho. Hendrix trataba de llevarlo con calma y mucho cuidado, era frágil el tesoro que parecía entregarse a él. Le sonrió finalmente con mucho cariño y susurró palabras dulces al oído de Eri mientras seguía recorriendo con toda la calma el torso de Eri y lo llenaba de besitos y mimos. Cuando Eri lo rodeó lo acomodó de tal forma que lo tuvo a horcajadas sobre él. Con toda la calma y dulzura que pudo tener, le retiró primero el saco mientras lo besaba en los labios. Lo abrazó fuertemente antes de seguir, debía estar seguro.

Mientras besaba a Eri decidió mejor recostarse en los cojines, llevó consigo al muchacho pero hizo un movimiento de cadera que no le dejaría lugar a dudas a su pareja que él también estaba contagiándose de las sensaciones que Eri tenía. Hizo que el muchacho se levantara un poco para desabotonarle la camisa pero no le quitó la corbata, besó sus labios, luego su cuello y entonces comenzó con el pecho desnudo del joven.

-Avísame si algo te incomoda o si no quieres seguir- dijo tratando de no jadear -Me detendré si me lo pides- dijo mientras sus manos bajaban de la espalda al trasero de Eri para indicarle el ritmo que debía tener.

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Hendrix D'Ancre

-  él  es como el aire, lo necesitas para vivir?- murmuró, aun parecía confundido. Había cosas que sencillamente le eran difícil de entender de los humanos. No comentó nada más en el momento.

-Por que le debes la vida a uno de ellos?  - preguntó acerca de la posibilidad de eliminar a aquellos familiares que parecían intervenir en la relación entre Gael y Hendrix.

Después, tras aquellas palabras dulces, besos y mimos; así como luego de aquel instante que el mismo Eri propiciaba con su beso, se dejó llevar, inconsciente de lo que estaba pasando. Sus emociones estaban confundidas y le embriagan completamente. De esta manera se dejó llevar mientras Hendrix le acomodaba. Sintió las manos de Hendrix y apenas notó cuando le había retirado el saco, debido a que continuaba correspondiendo a aquel beso.

En determinado momento Eri lució agitado y respondió a aquel abrazo. El sonrojo de sus mejillas se notaba bastante. Era la primera vez que se sentía así, por lo que tardó un poco en comprender lo que sucedía. Un escalofrió y un cosquilleo se dejaron sentir justo cuando se vio en completa merced de Hendrix. Respiró agitado, dejando liberar un leve quejido de excitación poco antes de que su interlocutor se detuviera.

Miró a Hendrix, tratando de entender sus palabras. No entendía mucho lo que sucedía, entre mordió inquieto sus labios antes de responder. Su cerebro volvió a funcionar, y se acordó de lo último de la plática. Otro cosquilleo bajaba por su espalda y respiró profundo.

- No se…. Tal vez… no debiéramos seguir… - trató de incorporarse, estaba aun emocionado y no quería que Hendrix mal entendiera lo que quería explicar.

- Nun… nunca…. he hecho esto… y… no se si... no se si es lo correcto.... Aun hay un contrato por cumplir. Deseo seguir, pero no quiero que con eso pierdas incluso el aire que necesitas para vivir. No me lo perdonaría...- se sentiría muy mal si su padre tomaba cartas en el asunto, si acaso se llegaba a enterar que se habia dejado llevar por aquellas sensaciones que tenía en ese momento. Intentó incorporarse y al hacerlo apoyó la mano izquierda en la solapa del saco de Hendrix, su mirada se posó en ese punto, dejando ver a Eri aun más vulnerable, debido a que aun se sentía excitado. Lentamente miró a los ojos a Hendrix; había cierta suplica, un gesto que podría generar más atracción.

-Primero hagamos que el contrato se cumpla, no… no quiero que nadie nos separe antes…y después si logras alcanzar tu esperanza, te esperaré con los brazos abiertos… si?- temía la respuesta, como si sintiera que su negativa a seguir aquel momento de pasión se pudiese mal interpretar, por lo que con docilidad le brindó otro beso en los labios a Hendrix; algo que pudiese ser interpretado como un paliativo que sirviera para enmendar su negatividad.

No obstante, en esa postura dócil de Eri, la última decisión la tenia Hendrix.

No había dudas, podría tomar a Eri y su virginidad, sin importar nada, ignorando con eso lo que Eri le pidió y las consecuencias que pudiesen venir debido al contrato; o por el otro lado, podría aceptar que tal vez en ese momento lo mejor es que la situación se quedaran en caricias que no llegaran a ser tan profundas. Dependiendo de la elección, decidiría lo que vendría más adelante.

Miathamle escribió:^^

Hendrix D'Ancre

Los mimos eran un poco interrumpidos por la pregunta de Eri, Hendrix no acostumbraba llamarle padre a Raab, porque no le nacía, lo había odiado y después simplemente ya no dolía el que ese hombre no sintiera un lazo con él o sus hijos. Salvo Enriqueta, el resto de sus nietos no le eran importantes y Chibi en particular le era detestable e incluso más indigno que William de llevar su nombre. Ni mencionar a Faolan al que aborrecía por el simple hecho de ser hijo de quien era.

-Raab es mi progenitor- contestaba sin darle importancia al asunto.

Se dejaba llevar dulcemente por el momento, quería disfrutar de esos instantes tan placenteros como íntimos, unos que no compartiría con cualquiera. Los gemidos del muchacho le excitaban, era todavía más deseable con esa inocencia tan profunda. Ya iba con el botón del pantalón del joven cuando él dijo "No". Se detuvo en ese momento y miró un poco confundido a su interlocutor. El chico trataba de incorporarse, por unos segundos Hendrix no se movió y al final dejó escapar un suspiro de insatisfacción. Pero si el chico no estaba preparado era inútil seguir, no le gustaría hacer algo de lo que después se pudiera arrepentir.

Pero lo que casi lo hacía perder la cabeza fue la mención del contrato frunció un poco el ceño al escuchar eso. Podía aceptar eso de que la virginidad se pierde con alguien amado, que Eri no quisiera, que estuviera con miedo, es más que no le gustara la locación... pero decirle lo del contrato era algo que casi lo hacía perder la compostura. Trataba de calmarse lo más que podía, su mente tenía que estar clara, no enojada o no iba a pensar.

- Siempre hay una primera vez... Y eso de si está bien o mal, lo decides tú. Yo no le veo el problema. Es como si me dijeras que el amor entre hombres está mal... ¿Para quién? ¿Por qué?- comentaba mientras comenzaba a vestir de nuevo a Eri, hizo un pequeño gesto de desaprobación, aunque lo trataba con suma delicadeza, sus manos temblaron, al escuchar lo del aire y miró directo a los ojos a Eri -¿Por qué lo perdería?- el chico podía ver que Hendrix estaba molesto pero no por haberse detenido sino por la mención del contrato -No voy a obligarte y si hay tanto que evita esto, mejor que no pase a mayores. No quiero que te pase algo malo o que te sientas culpable o que estés angustiado como veo que estas- recibió el último beso con cierta fiereza, le mordía el labio con suavidad antes de continuar, terminó dándole un fuerte abrazo -Y no te preocupes por esto... cuando tengas ganas podrás tenerme. Tú lo pedirás...- tomaba la mano de Eri y la llevaba a recorrer su cuerpo, para que tuviera una idea de que podía tocarlo y tenerlo con total libertad. Pero sobretodo, de que conociera el camino que lo llevaría a otro tipo de sensaciones.

Terminó de arreglar a Eri, para que se viera presentable, estaba acostumbrado a vestir a sus niños y tomando en cuenta la docilidad del chico, casi era lo mismo. Trataba que no notara la situación en que lo había dejado. En su cara se leía la resignación, tendría que llevarlo de nuevo l lugar más iluminado para que no tuviera tentaciones, aunque Eri a veces le ponía complicadas las cosas.

-Regresemos, está haciendo más frío, te podrías enfermar- le comentó con dulzura y volvió a cargarlo para llevarlo al otomano. Lo puso entre los mullidos cojines y tomó la hooka, aspiró su contenido, trataba de relajarse -¿Gustas?- preguntó y luego le dio un sorbo a su café, era un gran placer beber café.

Hendrix D'Ancre

Eri se percató de las reacciones de Hendrix y cada una las sintió en su ser, incluyendo el enojo, aquel sentimiento ya lo había sentido con anterioridad, el mismo Eri le hizo ver eso a Hendrix, cuando hablaron de las personas que habían llegado a odiar al joven pelirrojo, cuando no se cumplía el contrato.
Escuchó las cuestiones de Hendrix, pero se trabó desde el inicio al tratar de responder.
Y aun cuando en su momento correspondió a aquel beso, este se confundió entre aquel sentimiento de enojo, que no era propio y del miedo, que si era suyo. Titubeó al tratar de corresponder al abrazo, pero al final lo hizo un poco débil. Miró a Hendrix a los ojos, mientras que él trataba de explicarle en señas la libertad que aparentemente Eri tenía. Un nudo se formó en su garganta y bajó su mirada. Y cuando vio Hendrix nuevamente le vestía como a un niño, se quedó aun más confundido, por lo que se dejó llevar.

-enfermar? - dijo en voz queda. Miró el hooka y tomó saliva y tímido asintió. Era obvio que no sabía ni como fumar aquello, pero lo intentó, ya que aun se sentía mal y creía que con eso lo podría remediar.

Fue mala idea, por lo que comenzó a ahogarse con el propio humo que inhaló e incluso tardó en reponerse.

-Lo… lo siento… yo… ya no quiero -dijo aun tartamudeando, bajó la mirada y suspiró y cuando sintió que ya podía aspirar bien el aire, inquieto regresó su mirada a la de Hendrix, aunque aun no sabía cómo responder.

-Disculpa… - volvió a disculparse, de alguna manera aun sentía el enojo en sí. -No es que lo que estábamos haciendo…  está bien o está mal.- mordió su labio inferior.

-Mi… mi padre… no quiere que cualquiera entre en la familia - suspiró con cierto dolor, cerró los ojos en lo que suspiró. -El contrato… me permitirá tenerte… sin que se niegue o intervenga… pero el contrato no durará siempre… debe de cumplirse - bajó su mirada y jugó con sus manos. No sabía explicar aquello que había descubierto desde antes que las cosas cambiaran de tono.

-gra…gracias por lo que me hiciste sentir hace un momento… - dijo y un color rojizo volvió a marcar sus mejillas.

-Y no me puedo enfermar tan fácilmente, ya que no soy como cualquier humano… - alzó la mirada; ese era el problema que su padre le había planteado en su momento, al recordar parpadeó levemente y de repente la voz melodiosa de una mujer se escuchó lejos.

Eri la reconoció y pareció sorprenderse.

-Ya se me hacia raro que no prestaras atención a tu padre- dijo en lo que una mujer de cabellos rubios y ojos de color azul violáceo se acercó. Sus facciones eran finas y la piel blanca, cuya tersura se parecía a la de Eri.

-Será mejor que vallas con él- dijo con dulzura. -O no dudo que tu hermano venga a buscarte.-

La mujer miró con calma a Hendrix, era como aquellas mujeres de alta sociedad, que no perdía la postura ni la calma.

Eri titubeó.

- Este… sí… pero…- Miró a Hendrix, como si le pidiese permiso para retirarse, ya no quería hacerlo.

-Ve con tu padre, Eri. Es mejor que no le hagas esperar más.- dijo la mujer con tranquilidad. Y Eri la miró y asintió un par de veces… aun cuando en un inicio se contuvo le bridó un fuerte abrazo a Hendrix, un poco apenado de que su madre lo viera.

-Tal vez no tarde - le susurró.

Se le veía nervioso. Se incorporó y buscó sus zapatos, una empresa difícil, ya que se habían quedado en otro lugar, miró a su madre como un niño chiquito que hubiese hecho una travesura. La mujer sonrió levemente.

- Yo… ahm…-

-No imaginaré más de lo necesario, créeme. No es algo que no hubiese visto en Owen - trató de calmar a su hijo.

-Sí, lo sé. Hendrix…- dijo, no podía irse sin antes presentar a la mujer. -Te presento a Maiya D' Inferno, mi madre- dijo.

-No… no olvides el contrato. - pidió, aun cuando él mismo Eri sabia que eso había causado un aparente enojo en Hendrix. Ya no podría pasar más tiempo.

- Cualquier cosa llamame.- dijo y al incorporarse miró a su madre.
-Los alcanzo en un momento- dijo Maiya con tranquilidad; no obstante, eso puso algo nervioso a Eri, pero asintió y finalmente formando una especie de portal, y tras mirar a Hendrix por un momento, se retiró.

Maiya miró a que su hijo se retirara.

-Lamento si interrumpí algo. No quiero que Eri vuelva a tener problemas con su padre- dijo con sinceridad.

-Y veo que eres demasiado importante para mi hijo… para que aun insista a estar contigo y para que se atreva a confrontar a su propio padre… Me pregunto si eres capaz de ser consciente de eso- comentó con voz afable, pero determinante y por cortesía esperó la respuesta de Hendrix.

Miathamle escribió:^^

Hendrix D'Ancre

Miró con interés al muchacho, parecía que había mucho que ignoraba el muchacho ¿Por qué aceptar si no sabía? pensó cuando Eri se ahogaba con el humo y eso que el Hooka no era como fumar cigarrillos, era mucho más suave y no ensuciaba la boca. Le dio algunos golpecitos en la espalda y agua para que pasara la crisis y suspiró.

-Lo lamento, no debí ofrecértelo desde un principio- suspiró de nuevo y le acomodó el cabello -La próxima vez no lo hagas sólo por seguirme la corriente. Sólo di que no te apetece- le reconvino.

Se quedó callado cuando Eri volvió a lo que estaban haciendo. Levantó la ceja, quizá había más Raab en el mundo, se encogió de hombros, no había mucho que pudiera hacer al respecto. Aunque sintió que comenzaba a angustiarse, Eri empezaba a parecerle no inocente sino diferente, era como si toda su vida la hubiera pasado en una cueva, alejado de todo y de todos. Suspiró de nuevo, al menos ahora ya había una razón de más peso para la mención del contrato. Lo vio enrojecer de nuevo cuando le daba las gracias por aquellas sensaciones, Hendrix se sintió furioso. ¿Por qué Eri estaba así de reprimido? Como padre entendía que se tratara de proteger a los polluelos pero eso era demasiado... apretó los labios y se guardó sus comentarios, siempre había una razón que podía o no gustarle a él pero que era válida para los padres de Eri.

-Cuando quieras… puedo volver a hacerlo- susurró de forma suave

Asintió a lo que explicaba, a fin de cuentas los Aleri también eran así. Se escuchó algo que hizo a Eri sorprenderse, cuando se dio cuenta, una bella mujer apareció y por sus líneas parecidas con Eri supuso que era su familiar. Se mantuvo educadamente callado, miró con calma a Eri y asintió. ¿Quién era él para permitirle o no ir y venir a su antojo? Al sentir el abrazo de Eri supuso que no deseaba irse, pero se guardó muy bien de disuadirlo, no quería causarle problemas.

-No te preocupes... está bien...- le sonrió y le dio un beso en la mejilla ya que lo veía muy nervioso. Hizo una educada reverencia a la mujer -Hendrix D'Ancre, un placer- contestó mecánicamente y sonrió a Eri, le hizo un gesto de comprensión. Se despidió agitando la mano, lucía tranquilo, aunque la presencia de la mujer le causaba cierta molestia.

La mujer hablaba y parecía intervenir en algo de su familia, Hendrix asintió, las madres solían hacer ese tipo de cosas. La miró con seriedad, ¿Era importante?

-Por supuesto que no- contestó con cierta molestia a la mujer, eso lo sorprendió, esa era la primer vez que la miraba y había algo que no le gustaba en ella -Hasta ahora que usted lo menciona, yo no sabía que él se estaba enfrentando a su padre- tomó lo que quedaba de su café, no deseaba seguir viendo a la mujer, un deseo insensato de que se marchara lo embargó y entre la ira también sentía tristeza, nostalgia -También hay algo que no logro dimensionar ¿Por qué tanto alboroto por alguien que él acaba de conocer? ¿Por qué Eri pareciera que no conoce NADA? Es como si lo hubieran tenido confinado en un cuarto sin salir hasta hace poco- puso la taza en el suelo, la miró desafiante -¿Por qué siento que lo conozco pero mi cabeza no logra ubicarlo?

Hendrix D'Ancre

Tras que Eri se fuera y Maiya escuchara las cuestiones de Hendrix, lo miró con tranquilidad

-Cuantas preguntas haces y todas carentes de sentido-  dijo y asintió con educación.

- Efectivamente ya conocías a con anterioridad Eri... En otro instante, en otro momento; pero veo que eres débil si no eres capaz de recordar... si se puede decir así. Puedo ayudarte a recordar lo que viviste... Aunque... veo que no has cambiado en nada desde la última vez que nos vimos, así que tendrías que tener razones bastante justificables y concisas si quieres que te ayude a tener esa información.-   indicó con tranquilidad.

- Por otro lado, me pregunto si acaso has conocido bien a Eri este tiempo que estuvieron juntos para que saques conclusiones equivocadas. Dices que Eri pareciera que no conoce "nada".  No será que más bien lo que quieres insinuar es  ¿qué no conoce nada de lo que tu deseas que él conozca?.-   -negó con la cabeza y suspiró.

 - Aun así responderé a tu pregunta. Eri  no es tan ignorante como te imaginas, él quiso conocer el mundo muy pequeño; se ha equivocado muchas veces y esos errores han dejado cicatrices de inseguridad. El teme que siga siendo lastimado, se retrae y no se anima a poner a prueba sus conocimientos. Desde pequeño, nosotros le permitimos hacer todo lo que ha deseado. Pero muchas cosas de las que ha hecho le han puesto en peligro y por su puesto ha tenido como consecuencia su regaño. Por lo que sé de ti, eres padre, deberías entender esa situación.- dijo sin perder formalidad.

 - Pero si me reclamas de esa manera es obvio que no te diste cuenta de eso.- comentó con firmeza. -Al menos entiende, Eri tiene mucho conocimiento, en muchos sentidos, y es importante aclarar que él mismo nunca se interesó en temas de la sexualidad o la pasión como hasta ahora, y eso ni aún teniendo a Owen como su hermano, lo que ya es decir mucho.- indicó con naturalidad, conocía bien a cada uno de sus hijos.  - en fin... no puedo pedir más de lo que tu capacidad puede alcanzar-  mencionó manteniéndose ecuánime. Suspiró.

 -  No estoy aquí para explicarte esto.-  hizo una leve pausa.  - y ya que tu falta de cortesía es evidente, por dejar a una dama de pie y no ofrecerle un asiento  y mucho más por ser la madre de Eri...-  criticó, era inevitable ya que estaba educada en la formalidad y la etiqueta.  -mejor me voy al grano. Quiero que sepas que  estoy aquí porque no deseo que tú seas uno más de los errores de Eri. Confío que si te eligió es por algo...  -- Su mirada mostró cierta preocupación.

- y al decir esto, estoy segura que ni siquiera sabes o te has dado cuenta que, siendo tan importante para él,  el decidir firmar un contrato, cómo el que según escuché hicieron, conlleva más de lo que te imaginas.- indicó.

- Tal vez Eri te tiene demasiada fe.-   dijo resignada.  -por lo que al menos demuestra esa valía y trata de entender esto: Cuando existe algo más especial al firmar un contrato con Eri,  tal como es el aprecio y el cariño que él te tiene, propicia que él salga prontamente más lastimado por cualquiera de tus emociones, si no las controlas. Por ende, al salir lastimado el contrato corre el riesgo en perderse... Y, por lo que temo contigo,  Eri deberá mostrar mucha fortaleza para sobrellevar tus arranques de emoción-  hizo una pausa.

- Tú mismo deberías ya haber entendido eso o al menos deberías darte cuenta tu sólo; pero... No obstante, quiero saber que hice algo para impedir que fallen, no soportaría ver sufrir a mi hijo por ti.-  dijo, su mirada mostraba sinceridad, ya que abogaba como madre por la integridad mental y física de su hijo.

-Espero que con esto entiendas que estoy aquí por él, porque deseo que encuentre su felicidad… aun cuando la encuentre contigo- indicó, finalmente Maiya no dejaría de ser la “suegra”, si se consideraba de alguna forma; por lo que Hendrix tendría que hacer mucho más que solo amar a Eri, para que ella le acepte.

-Es mejor que resuelvas tus dudas y pronto… no estoy de humor de esperar mucho tiempo de pie- dijo volviendo a dejar entre ver la falta de cortesía de Hendrix.

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Hendrix D'Ancre

El ambiente se tensó en cuanto ella comenzó a hablar, pero Hendrix no parecía cambiar su actitud, se puso de pie, para estar en la misma situación que la mujer. Se sorprendió, ya lo conocía, entonces lo que había sentido no eran locuras suyas, era algo más que eso. No prestó atención a que ella lo llamara débil, sólo le dedicó una sonrisa que se esfumó rápidamente. Suspiró. ¿Ella estaba ahí o no para ayudar? Pero tenía que hacerlo complicado, ¿De verdad tenía que darle razones para algo que ella estaba ahí implícitamente para solucionar? Era simplemente absurdo en su punto de vista.

-El que pida que expliquen que es algo en particular, implica cierto desconocimiento.- comentó y se encogió de hombros a las recriminaciones en ningún momento le reclamó.

¿No estaba acaso preguntando? Si ella lo tomaba como reclamo allá ella y su mala cabeza, no tenía porque discutir la crianza de Eri con la mujer. Uno no nacía sabiendo ser padre, uno  mismo cometía errores que después se debían corregir. Cada uno hacía lo que consideraba mejor para sus retoños, podía sobreproteger a sus hijos, podía ser celoso de quien se acercara a ellos, podría muchas cosas pero a fin de cuentas y a pesar de los regaños, los hijos tomaban su propio camino, les gustara o no.

-Eso es evidente señora- dijo tranquilamente cuando ella hablaba de pedirle más a su comprensión, hizo un movimiento para abrir paso, no era quien para decirle que podía o no sentarse, esa era la elección de ella, el lugar no le pertenecía a Hendrix, mientras tanto se mantenía de pie, frente a ella.

No hubo ni un ápice de enojo u odio, sólo trataba de escuchar, por más que ella fuera agresiva de manera pasiva, despectiva, discriminadora y prepotente, se comportaría. Si creía que con esa "formalidad" lo iba a impresionar, se equivocaba, estaba muy acostumbrado a hacer frente a gente peor que ella. Le recordaba más a la gente hipócrita que iba a verlo, que se querían hacer pasar por gente de bien y no era más que una máscara tratando de cubrir una suciedad terrible. Otra vez mencionaba el dichoso contrato, ya Eri le había comentado algunas cosas, pero sabía que había ciertos detalles que seguro no le contaría. Quitó la paja de lo que la mujer decía, lo importante era que le pasaría a Eri.

-¿Por qué debo controlarlas? ¿Acaso debo ser alguien sin emociones?- preguntó con curiosidad, pero el punto medular era saber que le sucedería a Eri -¿Si yo lo lastimo el contrato se pierde? ¿Qué le pasaría a él si yo fallo?- preguntó, quería escuchar la versión directa y cruel de la mujer. Hizo un movimiento de cabeza en reconocimiento -Si hay gente mejor, debería presentársela. Ya que soy tan poca cosa a sus ojos señora. No dude que si hay alguien que de verdad lo merezca -a sus ojos- él verá que se ha equivocado en su elección conmigo- le dijo y dio un paso atrás, ella estaba ahí con una idea preconcebida y al parecer no la cambiaría -Ya una vez cambié para ser lo querían de mi... y me destrozaron el corazón. No lo haré de nuevo.- dijo muy serio,

Eri no lo había lastimado, desafortunadamente había aparecido tarde, cuando Hendrix ya no estaba dispuesto a cambiar por nadie, cuando, al igual que esa mujer, tenía recelos y no se entregaba por completo a alguien por más inocente que este fuera. Ya un ser inocente lo había hecho ver el dolor de nuevo, lo había hecho casi tener ganas de morir de nuevo. Pero como en otras ocasiones, se había levantado y seguido el camino.

-Así que, señora... lamento no ser quien quisiera para su hijo... pero por lo que veo, él sabe como soy y me acepta tal cual. Eso para mi es más que suficiente para intentar llevar una relación. Lo que usted diga o piense me tiene sin cuidado. Sus acciones serán otra cosa.- se encogió de hombros, siempre le pasaba algo así con un pariente de la familia, el mismo Fio0... Philiph pero eso era otro asunto -Se le olvida como son los Umt, si usted lo fue no lo sé pero entienda una cosa, las personas no son iguales y la verdad que aburrido es ser un ángel. Un ser con tanto amor para dar pero sin poder recibirlo. Esa es una terrible condena- le comentó aún con tranquilidad mirando seriamente a los ojos a la mujer.

Por más madre de Eri que fuera no tenía el derecho a meterse entre ellos y mucho menos venir a despreciarlo y aborrecia que la gente se sintiera con el derecho a decirle que es lo que debía hacer.

Hendrix D'Ancre

Maiya escuchó a Hendrix sin interrumpirlo, en su momento aquella mirada de color azul violeta reflejó mayor preocupación.

-a veces hablas como si tu batalla estuviese perdida; con cierta angustia disfrazada, como cuando alguien que se esta ahogando súplica por un último respiro- dijo, su voz era calma. Suspiró.

-Date cuenta de tus palabras. No pretendo cambiarte, ni busco una persona perfecta para mis hijos. No he olvidado que yo fui y soy un ser humano, y no el más ejemplar. Opino lo mismo que tu sobre los angeles y herede esa creencia a mi hijo Owen.- habló con paciencia, como si Hendrix se tratase de un niño.

-Pero mi historia pocos la saben y no has ganado mi confianza para que tú la sepas.-  hizo una pausa. - Y dudo que pretendas ganártela-   agregó con honestidad. - algo que al menos me deja ver que no eres hipócrita, lo cual me tranquiliza un poco- a ella no le gustaba las personas que son hipócritas, despectivas, discriminadoras y prepotentes, algo que el mismo Hendrix había interpretado erróneamente de ella.

-Nunca dije que no tuvieras emociones, son esas las que determinan quien eres, y si Eri acepto hacer contrato contigo es porque confía que lo sobrellevara, aunque tú mismo no pareces creer que lo pueda hacer si entendiste como lo hiciste. Y no dudo que Eri te explicara que si salía lastimado se perdería el contrato. Tampoco el control de emociones es tan malo, a mi ver refleja un tipo de inteligencia que pocos tienen.- respondió a una de las preguntas y bajo la mirada, con paciencia, sin perder nunca el porte educado y en cierto modo mesurado. - Tienes razón, sería más fácil en buscar a alguien conveniente para Eri y si fuese inflexible lo hubiese hecho ya, no lo crees?-  su mirada al volver su atención a Hendrix, mostró un brillo peculiar, pero pocos entendían el significado de ese brillo.

- Tu orgullo o tu miedo por ser lastimado te impide ver eso. No seras el primero ni el único que sufra y haga sufrir a Eri, pero si pierde  cada vez más la confianza en los seres humanos... No se que pueda suceder... con él...-  dijo respondiendo otra de las cuestiones hechas por Hendrix.

Miró a los ojos a Hendrix, y provocó en el chico la sensación que algo le conectaba a la mujer, pero esa sensación se desvaneció en cuanto ella retiró su mirada hacia otro punto y reflejó en su semblante algo de inquietud.

- Si no fueses el que pretende a mi hijo, otra cosa sería....-  siempre mostraba una conducta reservada con aquellos que se aventuran a estar con sus hijos. aunque había casos donde parecía hacer un esfuerzo significativo para acercarse.   - lo único que puedo decir es que ese miedo por no obtener la aceptación que deseas de alguien, te llevará a seguir malinterpretado las actitudes de otros y poco a poco "confirmando" tus sospechas, te enojaras y te alejaras más.- suspiró, era claro que con la conexión que propició con Hendrix se había enterado de otras cosas.

- Al hacerlo lastimaras a los que quieres y continuará el ciclo hasta que tú mismo te destruyas.- miró a Hendrix en ese momento el color de sus ojos era de un violeta oscuro.

- No cometas el error que todos cometimos.- dijo con calma. Obviamente quien no conocía la historia de Maiya, no comprendería porque era capaz de aseverar eso.

-Eri confía en ti, y que que es hora de que debes de aprender a confiar en ti, acéptate, pero sin negarte a reconocer lo que creas que debes cambiar.-  hizo una leve mueca en sus labios. – y aunque no lo creas, yo no tengo el interés de estar cambiando a las personas a mi conveniencia, ya que sería sumamente aburrido. Me gusta ver la valía de la gente, por sus acciones… Y en ese punto te diré que con tus actos tampoco has dejado mucho ver el valor que tienes por lo que eres.- Hizo una pausa.

- Y por cierto perdón por hurgar en tus recuerdos.-  se disculpó, aunque sin pretenderlo dejaba ver la fuerza de dicha habilidad psíquica, como para incursionar en la mente y vivencias de otros. - pero dudo mucho que me hubieses dejado hacerlo por la buena.- cualquier reacción de Hendrix podría ser bien esperada, desde el enojo, hasta la resignación. Maiya suspiró.

-Como pago a mi intromisión, si quieres obtener el recuerdo de cuando conociste por primera vez- estiró su diestra y en su mirada mostró cierto brillo de juventud y travesura. -Toma mi mano…- si bien Hendrix podria pensar en un nuevo contrato, pero al menos Maiya parecia verlo como un reto más que le ponía al chico.

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Henrix D'Ancre

Hendrix se limitó a sonreírle a Maiya, era evidente que esa era su apreciación, cada cual a sus ideas. Tampoco le había pedido saber de ella así que estaba bien si ella no deseaba hablar, tampoco ella se había ganado su confianza como para que quisiera saber su vida y obra.

-No es cuestión de flexibilidad, es simple lógica- mirando a la mujer sin entender ese brillo en sus ojos -Si no le agrado es su problema. Pero no tiene porque venir a dar por sentado que fallaré. Y no necesito ser un genio para entenderlo. Usted dice que vino a ayudar, hágalo pero no me venga con su palabrería, se nota que no cree en mí. Tampoco tiene porque hacerlo a fin de cuentas no significo nada para usted- le dijo sin encolerizarse y se encogió de hombros -En cuanto a la fe en los Umt, esa es decisión de Eri. Sí, puede doler mucho, pero según lo veo... o se tira a llorar o aprende de lo que va experimentando. Yo confío en que pase lo que pase, siempre tomará la mejor parte de lo que viva. Sino, sería un desperdicio. Cada una de las personas que interactúan con nosotros nos dejan una enseñanza, si no lo aprendemos entonces de verdad nuestra vida está tirada a la basura. Y no tiene que ser precisamente algo bueno- le comentó a la mujer.

Tuvo una sensación rara al verla a los ojos, después de eso la mujer parecía angustiada. No entendió el comentario de Maiya, ¿De qué carajos estaba hablando la mujer? Ahí iba a sermonearlo, suspiró resignado, como siempre tomaría lo que consideraba adecuado, no estaba de ánimos para llevarle la contraria a la mujer. Miró con desgano a otro lado hasta que ella dijo algo de hurgar en sus recuerdos, lentamente volteó para posar su molesta mirada rubí en la fría de la mujer. Eso fue lo que le arrancó una mueca de completa molestia, furia pero se controló, no podía decir algo de lo que se arrepintiera.

-¿Quién se cree para hacer eso?- la miraba como fiera herida -Son MIS recuerdos y por algo no los confío a cualquiera. No me importa que intenciones tenía, si era por su hijo o la excusa que ponga. No tolero que hga semejante majadería. Usted puede ir hurgando en la mente de otros y habla de que no me he ganado su confianza para que me cuente su vida... ¡Pues dese cuenta que es lo mismo! No se ha ganado mi confianza como para que le diga las cosas.- dio un paso atrás, aquello era lo peor que podía hacerle, a Eri se lo permitía pero a nadie más. No tomó la mano pero tampoco la dejó estirada, tomó de la muñeca a la mujer y le bajó la mano suavemente, estaba controlándose -Por más curiosidad que tenga no aceptaré su trueque... sería como autorizarla a que lo vuelva a hacer, como aceptar resignado a que haga lo que se le de la gana conmigo. Y eso no lo voy a permitir.- dijo indignado y puso de nuevo un paso más de distancia -Lo lamento pero no confío en usted por más que sea la madre de Eri o que diga tener buenas intensiones...

Henrix D'Ancre

Maiya mantuvo su mirada traviesa, aunque retiraron su mano.

-Alguien te ha dicho que cuando sacas realmente el carácter, te ves lindo?- preguntó con una sonrisa. Bajó la mirada.

-Nunca di por hecho que fallarás el contrato con Eri. Yo puedo incursionar en los recuerdos de los demás, pero no puedo adivinar el futuro de ellos. - respondió con sencillez.

-Y en esta charla te he expuesto mi temor… solamente es el temor de una madre por su hijo…- dijo dejando salir un suspiro.

-Lamento que sigas sin ver eso…- bajó su mirada. -Por lo que mejor te advierto… si le pasa algo a mi hijo… haré que lo pagues de alguna forma.- dijo en un tono más determinante, un tanto formal, manteniendo con eso la seriedad en ese punto.

-Y no te preocupes, tus recuerdos están a salvo en ti. No he visto más. Pero me doy cuenta que no he inferido mal en el camino por el que vas… o al menos es lo único que no negaste- le miró con tranquilidad, el tono de sus ojos se mostró nuevamente color azul violeta.

-Y que no me tengas confianza no me sorprende… dejé de buscar la confianza de los otros… como te dije he cometido muchos errores… pero no me autolamento por ellos- comentó dejando ver una breve pausa.-Si lo hago, perdería la segunda oportunidad que me he ganado…- un cierto brillo distinto se mostró en su mirada, era reflejo de la emoción que le causaba decir lo último.

-Y lo que sentiste hace un momento… es la evocación de lo que pasó cuando conociste por primera vez a Eri. Relájate, cierra los ojos y vívelo de nuevo si así lo deseas.- finalizó, era un hecho que con eso confirmaba que habia buscado provocar a Hendrix, al decirle que se había metido a ver sus recuerdos.

Detrás de Maiya salieron un par de alas de fuego.

-Hasta luego… - se despidió y esas alas le cubrieron, desapareciendo con ello del lugar.

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Notas:

Hendrix deberá expresar su impresión de lo que escuchó.

En el momento en que cierre los ojos comenzarán a llegar evocaciones de lo que se vivió la primera vez que conoció a Eri, para saber el tipo de recuerdo se lanzará un Dado de 10 caras: si el resultado es Par, podrá recordar algo agradable. Si el resultado es Impar, recordará algo desagradable de lo que pasó, entre ellos el motivo del porqué olvidó a Eri.

Puede lanzar hasta tres veces y junto con ello se debe de relatar el recuerdo que le ha evocado y las emociones que este provoca.

• Si de los tres tiros, la mayoría es par, podrá volverá a invocar a Eri, al menos para despedirse bien.
  
  
• Si de los tres tiros, la mayoría es impar, la cita se habrá terminado y solo podrá ver a Eri cuando lo requiera durante el transcurso de TNW. En dicho caso después se establecerás las condiciones para invocarlo como una ayuda dentro del juego.
  
  

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Hendrix D'Ancre

Hendrix seguía en su misma posición y asintió.

-Gael dice que siempre soy lindo- le comentó con toda seguridad

Dejó que la mujer siguiera dando sus puntos de vista, a él no le parecía que ella no diera por perdida la situación, aunque como padre entendía la preocupación de querer cuidar al polluelo. Asintió, sabía bien lo que eran ese tipo de espadas de Damocles. Y entendía que las cosas no podían ser tan fáciles como a él se le antojaban. Respiró hondo esa mujer sólo quería provocarlo, le importaba un comino lo que ella infiriera, ese era el problema de ella, cada quien leía a las personas como mejor les pareciera. Hizo la típica cara de "rolling eyes", Ya le había dicho que no iba a confiar en él, Hendrix simplemente era recíproco. Basta de eso, como si él estuviera buscando algo con ella.

Parpadeó un par de veces al escuchar lo de la evocación, ladeó la cabeza. Era imposible no cerrar los ojos, lo había atrapado a fin de cuentas, cosa que lo encolerizó más pero se mantuvo en su sitio. No tuvo más que esperar a que ella se fuera para suspirar resignado. Se creían con el derecho a elegir su camino... pero si algo había aprendido de Gael era que las redes... las redes por algo tienen agujeros... se sonrió con la convicción que pasara lo que paras, las cosas estarían bien.

Cerró los ojos en espera de lo que vendría.

A ver que sale:

El miembro 'Hendrixkin' ha efectuado la acción siguiente: Dice Roll

'10 Caras' :

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Hendrix D'Ancre


De pronto una sensación terrible aprisionó su corazón y cayó en los cojines, en su mente se formaba vagamente las paredes de un lugar. Lucía como una cafetería, frente a él había dos personas. De inmediato reconoció a Maiya, a su lado un hombre comenzaba a dictar una sentencia. Comenzó a temblar, no quería escuchar la sentencia, había mucho que podía hacer. Pero la angustia dio paso a la furia, aquel hombre se sentía con el derecho a decidir por Eri y por él.

ahora lo entendía, ahora entendía bien porque la mujer le había sido tan desagradable. Pero aún escuchando de nuevo sus razones, le parecía irracional aquello. ¿por qué se metían en algo que sólo era de Eri y él? Sintió que trataban de decidir su destino. No estaba para esas bromas. Por su mente pasaron las formas de escapar de la sentencia pero no le había dado tiempo de ponerlas en marcha. Simplemente había olvidado y vivido conforme a lo que había pensado era lo correcto.

Se secó las lágrimas, había sido duro aquello. Pero a diferencia de ese momento, Hendrix ya no era el mismo, ya no tenía la idea que su felicidad dependía de otro, ahora él solo tendría que hacerse cargo de ello. A veces le era difícil encontrarlo pero no desistía, la ayuda de Gael, de sus hijos y los que eran sus amigos cercanos le ayudaban más no eran lo único que lo hacía feliz.

Abrió los ojos y trató de calmarse... no pudo evitar cerrar los ojos de nuevo, estaba cansado.

El miembro 'Hendrixkin' ha efectuado la acción siguiente: Dice Roll

'10 Caras' :