Suite 201

Recuerdo del primer mensaje :




Sobre el segundo piso pasando por el gran salón de recepción que esta a la entrada del lugar, se encuentran la segunda zona de suites, estas adornadas de modo oriental por lo que muchos de sus muebles y paredes contienen grandes detalles que resaltan para no verse como las ordinarias, las luces de color tenue y los adornos alrededor hacen que la vista sea bastante satisfactoria, cuenta con lo más básico para pasar una noche agradable; sala con televisión, pequeño servi bar sobre la esquina y baño amplio.



El cuarto está teñido de luces rojas a través de lámparas orientales, hay una enorme cama de agua adornada con pétalos de rosa, además de que tiene un perfil bajo no tan elevado de lo que es una cama normal, a los costados están los muebles con un control que puede manejar muchas comodidades del pequeño cuarto, las cuales van desde la musica de fondo, el aire acondicionado e incluso un botón extra que por detrás de una de las paredes lanza pétalos de rosa simulando una pequeña lluvia de tonos rojisos.

Sky Camus escribió:^^

Faolan D'Ancre

Faolan parecía un gatito espantado, se erizó cuando aquel sujeto le hablaba, conforme pasaban más tiempo ahí, sentía una pequeña sensación de deseo por él, aunque nunca antes lo había visto, se sentía atraído. Apretó los labios, se sentía incómodo.

-Sí, es mi nombre. Un gusto Akai- se mantenía a una distancia prudente, bajó la vista, también su tono de voz era bajo -¿Para qué vengarte?- preguntó ingenuamente Faolan, no entendía porque aquel tipo estaba en ese estado -Puedo entender que esté decepcionado por tenerme a su lado en vez de otra persona *suspiro* Pero no entiendo lo que quiere decir con que los humanos buscamos venganza... ¿De qué sirve eso? Es muy corta la vida de los Umt... errr... los humanos para sólo estar motivado por eso- se sentía algo indignado ante una descripción tan simplista, con Karen había aprendido cosas nuevas y se sorprendía gratamente -¿Mi razón? ¿A qué se refiere?

Faolan se mostraba muy educado y atento a pesar de sus miedos para con Daemon, seguía a una distancia suficiente como para aventarle algo y atinarle sin dudarlo. A fin de cuentas era medio elfo, su físico podía lucir frágil pero detrás de ella podía guardar una fuerza inusitada.

-De venir aquí -aclaró, ignorando por completo las demás palabras puesto que seguramente el contrario no le había comprendido bien, y no parecía estar interesado en aclararle aquello, su dialecto probablemente le era difícil-. Ahora que lo pienso, ¿por qué siempre parecés asustao? -sentía que se estaba soltando más de la cuenta, normalmente no debería siquiera hablarle al contrario, pero en parte le daba igual aquello siempre que no pasara a algo más significativo- Despreocupaos, que lo nuestro no pasará de una caricia, si es que llega hasta ese punto, siempre es posible... ¿cómo explicaros? Usar el dolor u otras acciones para cohibir el deseo, ya que aún poseemos voluntad -o eso esperaba, aunque nadie había hablado de deseos, y no sabía bien porqué lo decía.

Decidió que lo más acorde para la situación seguía siendo mantener una distancia prudente, puesto que no sabía exactamente como obraba el ambiente en sus personalidades. Sentía mayor atracción física por el contrario a medida que el tiempo avanzaba, pero aún encontraba su voluntad mucho más genuina que el deseo y eso le ayudaba a cohibir la necesidad. No era una persona física sino mental, así que mientras el contrario no pudiera hacer un avance significativo en ese frente dudaba que algo llegase a suceder.

-A toas estas, no os he visto antes, ¿pertenecés también al grupo de aquellos que viajan?, o, ¿qué hacés exactamente? Digo, bien podríamos aprovechar el tiempo para hablar de algo ya que nos han obligao a compartir el mismo espacio físico en contra de nuestra voluntad. ¿Cómo es vuestro mundo original?

El demonio parecía un poco más receptivo, era algo anormal, pero aún previsible como había determinado anteriormente. Hasta ahora seguía manteniendo sus ojos cerrados y su sonrisa perfecta.

Sky Camus escribió:^^

Faolan D'Ancre

Faolan brincó un poco al escuchar la voz del otro joven, se le comenzaba a hacer muy sensual, se peinó el cabello como siempre hacía en sus momentos de ansiedad.

-Ah! Bueno, tenía cita con una joven dama. Ella es muy linda, pero tenemos pocas ocasiones para vernos. Decidimos aprovechar, pero el destino decidió que será para una futura ocasión- explicaba el joven.

El rubio jugaba aún con su cabello, no miraba a los ojos al otro sino por poco tiempo, no parecía poder sostenerle la mirada. Sentía un pequeño calor en sus entrañas, era una sensación muy rara, como si su cuerpo hubiera decidido estar un poco más inquieto que de costumbre. Sólo sonrió un poco cuando el otro muchacho le preguntaba el porqué de su ansiedad. Se le tiñeron las mejillas de carmín.

-Mmm... lo siento. No suelo sentirme muy a gusto con los extraños... no dejo de estar muy nervioso...- jugaba con sus manos, asintió al resto de las palabras de Daemon, levantó la vista y parpadeó incrédulo -¿Dolor? ¿quiere decir que deberíamos flajelarnos para detener la debilidad de la carne?- parecía pensarlo muy bien, se desabotonó un poco la camisa y comenzó a masajear su pecho y cuello, sus mejillas no dejaban el sonrojo inicial -Aunque suena como una salida obvia... ¿Eso no es peor que al menos las caricias? ¿A veces la negación no es más que hipocresía?

Al terminar de hablar se tapó la boca, lo que acababa de decir sonaba más a una invitación, volvió a bajar la mirada, evitó moverse o perder el lugar que había tomado. No entendía porque se sentía cada vez más atriado por aquel hombre. ¡No! No iba a ser un libertino como sus padres y mucho menos caer en la misma vida de excesos. Vio un vaso de agua y lo tomó de inmediato, lo que necesitaba era algo frío. Prefirió contestar las siguientes preguntas.

-Yo... sólo soy un invitado- contestó de primera instancia -Soy el hermano más joven de William. Supongo que has conocido a mi hermano ya que sabes de los viajeros. Aunque es un poco terco y consentido, es buena persona. Tengo otros dos hermanos, unos gemelos. Conocí a los hermanitos Slade y a la señorita Aura.- se rió, la terquedad había llegado a un nuevo nivel con William -Mi casa está en Otranto... por mi madre y mi padre soy un noble. Mi hermana mayor es la regente del reino. Dice que cuando esté listo... Yo seré rey...- parecía abatido con semejante responsabilidad

-De una joven dama tendré sólo la cabellera -pareció bromear.

Parecía embriagado con el pasar del tiempo, como si estuviera cediendo en parte pero aún mantenía bastante fuerte la pared de acercamiento.

-Pero bueno, tendréis que volver a acordar una nueva cita, espero y a ella no se le ande aumentando la ansiedad o el deseo, ya que realmente obra en nuestros cuerpos algo anormal y espeluznante -añadió, con algo de odio en parte por la situación, pero con menos irritación hacia el contrario, seguía con los ojos cerrados-. Y pues... es bueno, digo, el hecho de que no te fies de mí. No soy exactamente alguien en quien se debería confiar ya que tengo un buen historial de muerte y desesperación -antes, cuando había escuchado la respuesta del contrario ante su comentario respecto al dolor, le pareció, como decirlo, extraña, sin duda en el otro la carne obraba de manera más fuerte que en él o eso pensó- ¿Hipocrecía? Es una extraña forma de expresaros ante esta situación la que has usao, ¿tanto ha aumentao la atracción que sentís hacia mí? -alzó una de sus cejas para definir su expresión- Recuerda que la chica os espera, probablemente inmaculao. Y una vez se ceh [cede] a las caricias, lo demás se verá natural -no profundizó más al respecto, debido a que eso podría ser contraproducente.

Aún mantenía sus ojos cerrados después de todo y su sonrisa. Si bien, los olores ajenos le habían hecho algo de estrago, seguía manteniendo una cordura monumental, pero en parte se debía a su misma solidez psicológica. Sabía lo que quería bastante bien, y no pretendía ceder. Por otra parte era un experimento, y aunque comenzaba a sentir cierta ansiedad por acercarse al contrario, empujaba con mayor fuerza sus pies en contra del piso.

-¿Así que seréis rey? -hizo un leve bufido- No he tenío buenas experiencias con "nobles". Qué más da. Seguro has tenío una linda vía [vida], al interior del palacio, ¿o me equivoco?

Sky Camus escribió:xDDD

Faolan D'Ancre

Se abanicaba la cara con las manos, de pronto su cuerpo estaba en otra sintonía, deseaba a aquel hombre, no sabía el porqué pero podía sentirlo a través de su piel, su corazón comenzaba a latir un poco más rápido y había una extraña sensación en su vientre. Miró extrañado al sujeto ¿Su falta de seguridad era en realidad falta de confianza en los otros? Tendría que ponderarlo con un poco de chocolate al lado. Afortunadamente aquel sujeto no podía ver lo sonrojado que estaba el pequeño rubio

-¿inmaculado? Es probable... nunca hemos hablado de algo más allá de caricias.- murmuraba un poco confundido -¿En qué momento no sería norma?- le causaba curiosidad la forma en que el otro se expresaba -¿Para ti no es admisible sólo caricias?- el tono con que había hecho la pregunta delataba el deseo que estaba creciendo pero el pequeño faisan seguía aferrado al sillón, seguro que si se levantaba algo malo pasaría.

Se tomó su tiempo para contestar la otra cuestión, no era algo que le emocionara, pero no era lo que él quería escuchar.

-Sí. No es una situación que pueda evadir....- suspiró de nuevo y juntó sus manos, se sonrió a lo de las buenas experiencias, quizá había conocido a alguien como el tío Irvine o el abuelo Raab -Pues no es tan linda como cualquiera creería. Yo no vivo en palacio, Etaver, mi hermanita, es quien vive en el castillo. Yo vivo en Otranto en la fortaleza cercana a las fronteras norte.- suspiró por enésima vez -Y las cosas no son tan maravillosas como uno esperaría. Mi abuelo Raab no puede ni verme, odia a mi padre, dice que fue el que torció el camino de mi madre. El tío Irvine tampoco me tiene en estima... sólo sabe decirme mestizo. Ambos no estaban de acuerdo en mi designación... pero el tío Vincent dijo que yo debía ser yo porque así lograríamos por fin unir a Fan y a Khun y terminar con la maldición que hemos cargado. Sobre mi recae el deber de luchar por nuestra gente y nuestra familia- se sentía un poco triste por no contar con sus abuelos... al menos el que conocía -Pero a veces es complicado vivir en la Corte... algunos nobles critican que no soy "puro", sino un mestizo y quizá bastardo... aunque les contraría más que soy medio Aleri (elfo) y no Umt (humano) de sangre pura. Antes de mi madre, era un tabú el matrimonio o la relación de Umt y Aleri. Y a veces tienen razón... me queda todavía grande la corona- se notaba abatido, comenzó a desabrocharse parte de los botones de la camisa, de pronto era complicado estar con tanta ropa.

Esa esencia en el aire... ¿Yukine? Rayos, sus sentidos lo tenían que estar engañando. ¿En serio el deseo de su cuerpo iba a tal medida en aumento? ¿Cuánto tiempo había pasado ya? ¿Un par de horas cuanto mucho? Su diestra comenzó a temblar levemente y cada cierto tiempo tras escuchar al contrario. Forzó sus ojos a mantenerse cerrados a pesar de su deseo por abrirlos y ver aquella figura a la que había prometido su ser de manera momentánea, si aquello seguía así, habrían problemas.

-Si mi cuerpo reaccionase a las caricias de otra persona, me sentiría ofendío, digo, está bien perder el control de mis actos en ciertas circunstancias, pero llevo tanto tiempo esperando por el momento en el que encuentre a quien busco desde hace años, que simplemente lo consideraría una traición hacia mí mismo -explicó, sin saber porqué seguía respondiendo a aquellas preguntas que evitaba- De cualquier manera, ciertamente esta situación me está acercando al límite de la razón -dijo, aunque no era tan así, pero el tiempo iba pasando y sentía una necesidad invasiva por manosear algo.

Alzó sus manos y las puso al frente de su rostro mientras sentía como temblaban de ansiedad.

-Joer -pareció reír un poco, aunque esta vez era una sonrisa más demoníaca y algo intimidante-. Que sensación más extraña -dijo más para sí que para el otro-. A saber. Entonces, ¿cómo os sentís al saberos rechazado por miembros de vuestra familia y esas cosas? ¿Qué es lo que más os cabrea exactamente? ¿Sentiros solo en este mundo? ¿Que os rechacen? ¿Que os hayan dado un puesto desde vuestro nacimiento que no sepás si querés? -parecía de repente querer saber más y eso era algo preocupante de hecho dada su naturaleza aislacionista parcial.

Sky Camus escribió:xDD

Faolan D'Ancre

Se abrazó a sí mismo, aquello que despertaba en su interior lo estaba inquietando más de lo que hubiera querido. Las cosas estaban saliendo más raras de lo que esperaba. Aquel hombre lo inquietaba demasiado. Sentía que comenzaba a arder cada vez más, pero se negaba a moverse o caería en un embrujo peor.

-oh! Vaya... yo también tengo mucho tiempo esperando a Karen... ella es tan linda y determinada... me gustaría tanto ser como ella- volvió a suspirar, miraba con ensoñación a un punto indeterminado, aquella chica era su inspiración para atreverse a muchas cosas.

Miró un poco preocupado a Daemon, él parecía tener también su propia batalla.

-No me enoja... sólo me siento triste... ¿Por qué soy una afrenta para ellos? ¿De verdad mi padre era así de malo?- se abrazó de nuevo y terminó subiendo los pies al sillón un poco más y tendría la posición fetal ahí -El que yo sea hijo de mis padres, no quiere decir que vaya a ser exactamente igual... pero el abuelo Raab es muy terminante en eso, papá sólo vino a destruir la familia... *supiro*- ladeó la cabeza -No me siento solo, tengo a mi familia, a Karen... mis amigos... Estoy bien. Es sólo que me gustaría que alguna vez pudier hacer sonreir al abuelo...

Mientras el otro estaba hablando, Daemon ya había tomado un jarrón, al que acariciaba extrañamente con cierto desespero, en especial las curvaturas, como tratando de mantener sus manos ocupadas libres de la ansiedad y desesperación que comenzaba a ser evidente, pues incluso la voz ajena ahora sonaba como la de Yukine. Por suerte, sus formas de hablar eran diferentes y esto le hacía forzarse a mantenerse a raya. Adicionalmente, ahora sus párpados, que antes parecían estar cerrados con naturalidad, ahora se notaban forzados al crear una especie de arruga leve.

-Así que vuestro amor, ¿sería más una admiración? -parecía confundido a aquellas palabras ajenas, como si estuviera atraído en base a las cosas de las que él mismo era incapaz- ¿Qué es lo que tiene ella de especial? -lo dijo de repente con algo de ira, como si estuviera celoso de repente, pero pronto ganó de nuevo su cordura.

El temblor en sus manos regresó, esta vez más insano, hasta el punto que, tras responder posteriormente quebró el jarrón en sus manos, haciéndolas sangrar.

-Definitivamente os centrás en ser la víctima, y en ser una especie de centro de atención -dijo con calma-. ¿No debería importaros más vuestra gente y sus sufrimientos que los vuestros propios? Es como si buscases aceptación... ¿con qué fin? ¿Para sentiros mejor? Simplemente no lo entiendo

Y al terminar de decir aquello el estruendo del jarrón llegó y sus manos comenzaron a sangrar al enterrarse en ellas varios cristales. Respiró profundo en ese instante. Fuera lo que fuera el dolor no era algo que expresara.

Sky Camus escribió:0_=

Faolan D'Ancre

Faolan no pudo evitar quitarse el chaleco que traía puesto, de pronto sentía que hacía demasiado calor en el lugar, miraba un poco aprensivo al otro sujeto, estaba inquieto con su presencia en ese lugar. Cuando volvía a hablar, parecía que él también estaba inquieto, no sabía si al mismo punto que él pero el ambiente influía en todos.

-¿Qué tiene ella de especial?- se sonrió pícaramente y miró con ensoñación hacia el frente -Ella es decidida, pero aunque su exterior sea duro y algo tosco, en su interior se oculta una mujer muy dulce y amorosa. Estar a su lado es como el cielo, podemos platicar de muchas cosas y el tiempo se nos va volando. No es tan buena cocinera como mi madre pero sabe hacer unas galletas deliciosas- llevó sus manos a su pecho tratando de detener el latido de su corazón -Todo mi ser se siente bien a su lado y...

Faolan se distrajo con la forma en que Daemon acariciaba aquel jarrón, por un momento su cuerpo tuvo la necesidad urgente de ser él quien recibiera dichas caricias. Con cierta angustia lo vio herirse las manos, no sabia si por el enojo o la frustración lo que había llevado a aquel sujeto a hacer algo tan extraño.

-¿Y por qué no habría de importarme?- preguntó con curiosidad -El que yo quiera obtener la aprobación del abuelo no excluye mis responsabilidades. Yo no huiré como otros han hecho. Por ello me estoy entrenando, para ser un buen líder... Espere... le ayudo...- se levantó y buscó algunas servilletas, el hielo, unas pinzas y agua.

Se acercó a Daemon, amarró su cabello para que no le estorbara, guió suavemente al otro joven a una silla y comenzó a quitarle los vidrios que tenía incrustados en las manos. Sabía que hacer, cuidar de sus primos locos le habían preparado para ciertas situaciones. Una vez retirados los vidrios, vendó esas manos. No las soltaba y ahora que estaba tan cerca de su compañero de "aventura" parecía que su cuerpo estaba despertando con mayor necesidad al contacto del otro. Bajó la cabeza pues se había sonrojado completamente.

-Señor, no se que me pasa... de pronto... quisiera ser acariciado por usted- trataba de resisitirse pero no podía romper ese pequeño contacto que tenía.

El chico estaba bien. Era una buena persona, eso se notaba a leguas. No solía hablar con ese tipo de personas a menudo, sólo había unas cuantas, y la situación lo había dispuesto así. Pero, eso que el menor era, se veía destruido por sus heridas de momento. Aunque, cuando sintió tanta desesperación del otro por ir a auxiliarlo, por un momento, sintió un golpe en el pecho, y se preguntó con enojo, qué rayos era, y en ese mismo instante, que fue cuando el otro le iba a tocar la mano, quizás para conducirlo hacia otro lugar, aunque quería batir su mano en contra de la ajena, simplemente se dejó conducir y curar. El tacto era peligroso, tanto que incluso abrió sus ojos, viendo a Yukine en él. Por un momento, ante las palabras ajenas, pareció sucumbir, habiendo acercado su mano hacia el contrario hasta estar a unos cuantos centímetros de acariciarle. Pero su mente despertó, y cerró su mano con violencia, haciendo que la herida se abriera aún más. Apretó con mas fuerza y se alejó.

Fue al espacio contrario al chico con agilidad. Era una tortura aquello, pero había sonreído. Que divertido era todo aquel extraño poder. Definitivamente haría algo al respecto. Cerró sus ojos. Respiró profundo, y se hizo uno con el ambiente. Tranquilizó su perversión en aumento por un segundo y comenzó a golpear con desesperación la pared. De repente sentía que necesitaba saber que estaba bien. No le gustaba esa sensación de , y necesitaba poner su mente en algo más. La pared vibraba a sus golpes, que por la fuerza que emanaban, lentamente se iban dañando y en ellos se comenzaban a ver las heridas.

-Espero que no me malintrepretéis -dijo ya medianamente ahogada su voz-, simplemente no voy a dejar que alguien controle a mis instintos, y menos que le haga esto a algo que es mío. Resistid, vos también, alguien que va tras un trono, no debería dejar que sus instintos sean controlados de una manera tan artera -clamó esta vez-. Con cada minuto que pasa, os veo más como a alguien que no sois, ¿acaso dices que quieres eso? ¿Ser un plato de segunda mesa por un instante de placer? Pues si esa es vuestra decisión, la mía no, sólo iré a reclamar lo que es mío -golpeó con más fuerza, dejando en sus golpes la necesidad desmedida que tenía por consumir el cuerpo de alguien que no estaba allí.